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DesafíOSOmiedo (2019)

Hasta la localidad de Pola de Somiedo (Asturias) se desplazó Robero López (Roberheavy) para escribir una crónica como espectador del DesafíOSOmiedo. Prueba que se disputó el pasado 27 de julio de 2019.

«Los héroes de DesafíOSOmiedo bajo la lluvia«

Un sueño que se te escapa

«Pudiste tocarlo con la punta de los dedos, pudiste casi notarlo pero semana a semana se te va alejando para acabar convertido en un imposible. Eso pensaba mientras iba con mis amigos rumbo al DesafíOSOmiedo . No podría correr pero sí podía acompañarlos, animarlos, hacer míos sus sentimientos aunque fuese sólo por asociación«

Llegamos el viernes después de perdernos persiguiendo a una caravana fúnebre. Anécdotas para la posteridad. Muertos de la risa.

Los últimos kilómetros son una pasada. En diferencia a Picos de Europa los paisajes de Somiedo están siempre salpicados de verde. De prados, de pastos, de vaques. Al llegar al pueblo ya empiezas a notar como huele a Trailero, ese ambiente único, el de las grandes ocasiones.

Equipo Gallego al completo en el DesafíOSOmiedo

Por allí andan Depa, Gobitu, Aroa

Tengo el corazón encogido, difícil explicar cómo recoges tú dorsal a sabiendas de que no vas a correr. En ese momento lo daría todo por estar en la meta de salida de mi primera Ultra, pero sé que tendrá que esperar.

Antes de la charla técnica empieza a haber rumores de que la carrera se va a recortar por las condiciones climatológicas. Lo que no es un rumor es la actualización del material obligatorio y cómo todo el mundo busca desesperadamente guantes y gorra. Una pena no haber traído mi material para prestar a la gente. El único error que se puede achacar a la organización, pero el tiempo es imposible de predecir sobre todo en zonas de cordillera como estas.

Veo a mis compis nerviosos, me pongo en su piel, intento mimetizarme con ellos. Cómo me sentiría si yo estuviese ahí. Bocata, pequeña charla mientras preparan el material y a descansar.

Mañana todos madrugaremos

Nos levantamos a las cinco, desayunamos, los últimos ánimos y los acompañamos a meta, con ellos también damos el último aliento a toda la armada gallega. El ambiente es increíble y la caravana de luces subiendo el monte es de película. Ya está empezando a llover. Va a ser muy duro.

Con mis compis Lupe y Feli empezamos lo que será nuestro día. Hacer el seguimiento de nuestros héroes particulares, Miguelín y Oscar y de paso animar al resto de participantes.

Salida DesafíOSOmiedo

Primer punto, El puerto (Km. 30)

Llegamos muy temprano, nos da tiempo a un café, a esperar bajo la lluvia, a morirnos de frío, si no es por la chaqueta de Óscar hubiera muerto, no me puedo imaginar cómo lo estarán pasando ellos subiendo al Cornín y posteriormente al Cornón. Empiezan a llegar los primeros. Juanjo, Cristofer, Aroa, animamos como locos a todos, más o menos conocidos, más o menos amigos. Acabamos metidos casi en el garaje que hace las veces de avituallamiento.

Después de un buen rato llega Miguelín, está haciendo un carrerón, y sabemos que irá de menos a más. Le gritamos, lo animamos, lo tocamos. Es emocionante. De aquí a la llegada de Óscar pasa un buen rato, cambiamos de sitio, ya estamos nerviosos. Pero al final lo vemos llegar hecho un titán junto a Vanesa. Está lloviendo a cántaros. El barro y las condiciones hacen que todo sea más heroico. Lo vemos bien, con buena cara, riendo, a veces parece que nos anima más el a nosotros que nosotros a él, así es él.

Valle del Lago (Km. 40)

Por arriba Juanjo y Clemente siguen en la lucha. Gemi, Mayi y Aroa en la suya. Nosotros tenemos nuestros favoritos particulares. De camino, mientras nuestro gran guía Feli nos explica cosas y anécdotas de este maravilloso lugar, admiramos los paisajes verdosos, los picos imposibles. Hoy no sufro tanto por no haber corrido, las condiciones son malísimas y compartirlo desde el otro lado se está haciendo brutal.

En Valle del lago los vemos pasar, van un poco más ajustados a los tiempos de corte, el próximo cierre es a las cinco y media. Disfrutamos de la amabilidad y la maravillosa comida asturina. Hacemos nuestro planning de la tarde, nuestros dos amigos van bastantes separados y tenemos que hacer encaje de bolillos para verlos a los dos. Nos vamos a Arbellales a ver a Miguelín. Lo vemos bajar como una moto pero al acercarse no puede disimular el sufrimiento, va con el estómago jodido, hablamos con él, lo animamos, sólo quedan doce kilómetros. Está hecho, sólo hace falta un pequeño empujoncito.

Agua, mucha agua en el DesafíOSOmiedo

Saliencia

Volvemos atrás, en dirección a Saliencia porque a la Farrapona sabemos que no será posible. Casi llegando vemos pasar a nuestra Sandriña e Iván, van como motos. Subimos al avituallamiento. Y este es el peor momento, ese en el que no hay internet, no sabemos si han pasado el corte anterior y el reloj no corre, los minutos no pasan. El sufrimiento está ahí candente, y si sufro yo, cómo amigo, cómo estará sufriendo ella. No sé ni cómo ponerme. Animamos a cada corredor que pasa, las caras no son nada buenas, el sufrimiento de cada uno es tremendo, detrás de aquellas caras hay una historia, un recorrido, horas de entreno, de privaciones, por estar allí, intentando llegar a Somiedo.

Kilómetro 62,9 del DesafíOSOmiedo

Llevamos casi dos horas, quedan veinte minutos para el cierre de este punto de control y entonces lo vemos llegar, se nos alumbra la cara, el corazón, lleva veinte minutos de adelanto, lo acompañamos un rato, la clave es llegar con algo de margen al siguiente punto que para él es Arbellales.

Nos da tiempo a otro café. Ya confiados en qué terminará. La lluvia empieza a cesar. El tiempo no deja de correr. A las nueve nos plantamos en el avituallamiento, es el kilómetro 71. Subimos un poco, el espectáculo para la vista es increíble. Son los mejores momentos, viendo bajar a esos valientes y dándoles ánimo, diciéndoles que sólo queda una distancia de mini trail, un mini muy mini. Difícil explicar cómo todos, aun yendo muertos son capaces de regalarte una sonrisa.

Y ahí baja nuestro héroe, con una sonrisa de lado a lado, recuperando tiempo, grandísimo. Ahora ya no hay duda, llegará sobrado. Sin casi preparación, su primer Ultra, y lo conseguirá. Miguelín también llegó ya a meta. Pena que no pudimos verlo. Tiempazo, doce horas, una auténtica máquina del trail Galego.

Ya va quedando menos para ser finisher DesafíOSOmiedo 2019

Bajamos a Llanera

Con tiempo a volver a ver a los mismos corredores, entre ellos nuestro vecino de camping. Les gritamos a todos, estamos eufóricos, viviéndolo desde el otro lado, dándoles todo lo que nos gustaría recibir y recibimos en tantas y tantas carreras. De aquí a la meta.

Nos reencontramos con Miguelín, nos abrazamos. Eres mucho más grande de lo que tú nombre nos deja entrever. Llega Luis Couto, otro grande, con su familia de la mano, es emocionante. Vemos las luces bajar por el monte otra vez, es espectacular, y verlos cruzar el puente como motos, después de 84 kilómetros, la piel de gallina.

Antes de lo que esperábamos llega Óscar, se coge de la mano de Lupe y recorren ese maravilloso momento, ese que les separa de la línea de meta, ese que les separa de la gloria. Mientras me arrastro con mi cámara no puedo reprimir un nudo en la garganta.

«No puedo no emocionarme cuándo al llegar los veo allí abrazados y los tres speakers, Depa, Chito y Gobitu les cantan aquello de: ¨Vivir así es morir de amor, por amor tengo el alma herida, por amor no quiero más vida que su vida, Melancolía…«

«Y yo pienso que mi mundo es el trail, mi casa es el rock n roll y aquellos son mis amigos. No puedo pedirle más a la vida si me deja vivir momentos así«

«Ver feliz a quien quieres es algo único. DesafíOSOmiedo, gracias por dejármelo disfrutar contigo. El año que viene, si nos toca, volveremos«

¡¡NO SEREMOS LOS MEJORES, PERO ENTRE TODOS SOMOS LOS MÁS MOLONES!!

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