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Trail Running España

Traveserina (2019) (II)

18/06/2019
Traveserina 2 - Principal

Hasta Arenas de Cabrales (Asturias) se desplazó nuestro ya destacado colaborador Roberheavy a la archiconocida prueba de la Traveserina en Picos de Europa el 8 de junio de 2019.

Pequeñas gotas de lluvia salpicaban la barandilla de la terraza que me separaba de una considerable caída. En Galicia lo llamaríamos orballo. Me senté y dejé que la noche terminara de abrirse paso mientras no podía dejar de mirar aquellas montañas por donde transcurriría la Traveserina. Y  sí, también a mi móvil mientras compartía mis nervios, mis ansias, con esos amigos que el monte convierte en inseparables.

Los días previos

Llevaba cuatro días en Arenas, unas mini vacaciones en toda regla. Había hecho el ochenta por ciento del recorrido de la Traveserina, subido a las invernales del Vanu, al pico de la Polvorosa, creía estar preparado. Pero nunca se está lo suficientemente preparado para algo así, 45 kilómetros y 7.000 metros acumulados de desnivel. Era todo un reto y sobre todo un sueño.

Un sueño que había empezado como empiezan todos, así, por hablar y sentados en una consulta y poco a poco los sueños van convirtiéndose en realidad. Lo que ayer te parecía imposible hoy te parece difícil pero, ¿por qué no intentarlo?

El día de la Traveserina

«Indios, Jarnachos, Cas y mis amigos Lupe, Feli y Oscar que aunque no la disputaras estabas en nosotros. Juntos en la salida de Sotres«

Y allí estábamos la mañana del 08 de Junio del año 2019 un grupo de gallegos venidos de distintas localidades, cada uno con sus objetivos pero la misma ilusión: «Disfrutar de la Traveserina, una de las carreras más bonitas de España«.

El Equipo Traveserina 2019
Equipo Traveserina 2019

Antes un viaje en bus desde Arenas, nuestro café reglamentario y un rápido pase por el control de materiales. Bajo los acordes de Slash y el Sweet child o´mine empezamos a desearnos todos suerte, a cumplir esas manías previas y a vivir uno de esos momentos únicos e inolvidables.

Demonion dio la salida de la Traveserina 2019

Demonion dio la salida y como fieras, me despedí de Feli y Lupe, sabía que no los volvería a ver, si todo iba bien, hasta la meta, como así fue. Me había prometido no pasarme de ritmo en los primeros kilómetros. Tenía dos objetivos claros, acabarla antes del tiempo de corte y disfrutarla. No era fácil, pues había un total de cuatro cortes eliminatorios pero llevaba el recorrido y los tiempos bien grabados en mi cabeza. Así pensando en mis cosas empecé a recorrer los metros que nos separaban del primer gran problema del día, la bajada a Bulnes.

Y es que esos primeros kilómetros son la mar de facilones. Bajada de casi dos kilómetros a buen ritmo y subida tendida de casi tres. Vamos, que para engañar está que te cagas y para que el que no conozca el recorrido piense que esto es jauja, y nada más lejos de la realidad. Pasamos por Pandébano, una majada espectacular, preciosa, y empezamos a ir ya como la gran serpiente multicolor, en fila de uno. Se acerca la peligrosa bajada. Aquí encontramos de todo en este mundo del trail, desde el acojonao que prefiere que le pase todo el mundo por su inseguridad, los que como yo bajamos como podemos, hasta los que se creen pros y van bufando hasta que te tiras a un lado para ver como se caen a diez metros de ti.

«Es que en el monte, como en botica, hay de todo«

Aún así vamos de charla, entretenidos, y llegamos abajo antes de lo que tenía pensado, una hora y veinte minutos de carrera. Paro a rellenar en el avituallamiento, más bien a que me rellenen porque la verdad que los voluntarios mejor imposible. Y aquí empieza lo gordo. Voy intentando concentrarme, pensamientos positivos y para arriba, en el fondo son cinco kilómetros. ¡¡Pero vaya cinco!!.

Canal de Cambureru
Canal de Cambureru

«Estoy aquí, en Picos, en la Traveserina, por  momentos no me lo puedo creer. Nuestro sueño geme»

Empezamos con una subida por cable y llegamos al canal de Balcosín, aquí partes técnicas y pequeñas trepadas dan paso a un gran valle en el que algunos corren y la mayoría sólo aguantamos el buen paso. Allá a lo lejos se intuye el temido canal del Cambureru. Voy mejorando a cada kilómetro los tiempos de paso del entrenamiento del miércoles y eso hace que a cada momento esté más contento.

El Picu Urriellu

Empieza el sufrimiento. Camburero. Criminal. Sólo un pequeño parón en otra zona de cuerdas da lugar a un respiro ante la aglomeración de gente. Cualquier comparación es odiosa, pero subir esa pendiente entre pedreros se hace interminable. Llego exhausto a la cumbre, pero muy bien de tiempo. Sé que ahora viene un pequeño descanso y lo peor, los neveros que conducen a nuestra meta, el Picu Urriellu.

Me topo con un par de futboleros que hacen la subida mucho más amena y así paso a paso casi sin mirar arriba escuchamos los gritos de la voluntaria que separa a los que subimos de los que ya bajan del avituallamiento del refugio de Vega de Urriellu. Objetivo más que conseguido, hemos subido en dos horas.

Con más de una hora de antelación sobre los cortes me dispongo a hacer bien las cosas, llenar a tope de agua, comer bien, descansar las piernas, a poder ser no dejarme los bastones olvidados, hacer fotos. Más de diez minutos de parón hacen que mi pie izquierdo se queje y vea las estrellas al empezar la bajada. Fue el único momento en que por mi cabeza pasó la temible palabra «retirada«. Como pasó la deporté al infinito y seguí mi camino, primero andando despacio y poco a poco, apoyados en las leyes de newton bajar casi a rolos. Es una bajada con poca dificultad que nos conduce a la Terenosa y de allí de nuevo a Pandébano ofreciéndonos una maravillosa visión de todos los ecosistemas con los que cuenta el Parque Nacional de los Picos de Europa.

Roberheavy en el Picu Urriellu
Roberheavy en el Picu Urriellu

«Bajamos animados porque la ingente cantidad de turismo que sube amén de apartarse no para de animar. Da gusto. Las cosas bonitas del ser humano«

Sotres

Y volvemos al camino que nos conducirá a Sotres otra vez. Me dispongo al trote cochinero, no quiero forzar, ni lo necesito, me duele el pie y tengo algo en un dedo. Necesito llegar a Sotres y quitármelo todo. Pero estos chicos de la organización se sacan de la manga un camino de subida la mar de entretenido, de esos que crean afición, subo lo más rápido que puedo, adelantando en algunos casos y consigo llegar en tiempo, sin perder nada de lo ganado hasta ese punto, no está mal para bajar medio lisiado.

Allí como, gracias Cipriano, bebo y me siento a hacer las curas pertinentes. Me pongo una venda en el tobillo y al momento ya noto el placer del no dolor. Respiro y repaso mentalmente lo que queda, estamos en el kilómetro 25 y llevo cinco horas y cuarto de carrera, sigo una hora por delante del tiempo, pero no me conformo, creo que debo bajar de las diez horas. Claro que echando más de diez minutos en cada avituallamiento lo hago más difícil. Así soy. Mucha gente abandona en Sotres. No será mi caso, yo sigo hacia Collado Fuente Soles.

Collado Fuente Soles

Seguimos subiendo pero esta vez muy tendido casi un par de kilómetros, voy de charla con un chico asturiano y nuevamente los kilómetros pasan rápido. Así hasta que se empieza a complicar. Pienso que es la última gran subida y después de haber hecho dos mil metros positivos esto es sólo un pellizco. Pero me cuesta. Las piernas ya van cansadas. Bebo agua, meto sales y recupero. Seguimos subiendo. La niebla es tan intensa que sólo ves a dos metros de ti. No merece la pena sacar la visión de tus propios pies y eso hago, pies y banderas, nada más.

Al cabo de un buen rato llegamos a la cima, como siempre con un par de voluntarios enviados desde el más allá para comunicárnoslo. Sonrío. El penúltimo gran escollo está finiquitado. A estas alturas sé que solo un milagro me separará de nuestro gran sueño. Empiezo a bajar, a buen ritmo, no se ve un burro a cuatro pasos, sigo bajando hasta que veo la carretera y llegamos al avituallamiento de Jitu Escarandi en el tiempo deseado.

Aquí me hincho a melón, !!está buenísimo¡¡, orejones, nocilla, tigretones, me pongo las botas. Nos recomiendan bajar en grupo así que espero un rato hasta que veo que sale un grupito, un chico y dos chicas. Me acomodo a ellas, vamos por unos prados, con poca visión, dificultad y no quiero perderme. Las chicas son súper agradables y empezamos rápido la charla. Charla que seguiría hasta el kilómetro treinta y ocho.

«Ana y Tatiana son el ejemplo de traileras, esas personas que da gusto conocer, con las que da gusto hablar, con las que da gusto compartir quilómetros y experiencias. Esas personas que te hacen creer que este deporte es algo especial y que te hacen recobrar la esperanza en que el mundo pudiera ser un lugar mejor. Pero no todos son como Ana y Tatiana«

Sierra de Portudera

Así vamos, poco a poco, contándonos nuestra vida, mientras avanzamos por la Sierra de la Portudera. Se hace largo, algo monótono, pero al ir acompañados y de charla todo es mucho más llevadero. Sé que se acerca el momento final y quizá más importante, la calzada Caoru. Poco antes de ella se nos une más gente y así continuaremos hasta el final de la carrera.

Roberheavy en Sotres
Roberheavy en Traveserina

Había probado la calzada el jueves, pero estaba seco, la mala suerte quiso que ese orballo la dejase resbaladiza, difícil, engañosa. Pero los primeros kilómetros son un quiero y no puedo, realmente estás deseando que empiece de una vez pero ella, esquiva, va apareciendo y desapareciendo, engañándote, enseñándote las piernas para luego devorarte poco a poco. Te deja ir metiendo las botas entre piedra y piedra, acortando los centímetros directamente proporcional al desnivel bajado, pero al final se convierte en una masa blanca y marrón resbaladiza mientras tu intentas bailar sobre ella.

«Iba concentrado, ya sin saber los kilómetros, sólo recordando que a medida que entrábamos en el bosque el suplicio se iría terminando«

«Y vaya si bailamos…»

Yo, como soy heavy y los heavys bailamos a nuestra manera, casi sin mover los pies del suelo, conseguía deslizarme como en una montaña rusa, intentando tener un pie siempre sobre el suelo, con los bastones a modo de creadores de equilibrio.

Y así fue. Tres larguísimos kilómetros después llegamos a la banderola que nos indicaba el camino del bosque y el fin de la calzada Caoru.

Fin de la calzada del Caoru

Ya sólo quedaban otros tres kilómetros y estaríamos en Arenas. Seguimos juntos, trotando, ganando minutos al cronómetro. Una ciénaga, unas escaleras imposibles y ya estábamos en la carretera. Esa que conducía a nuestro destino. Todos felices, todos consiguiendo nuestro objetivo, aquel por el que estábamos allí. La gente no paraba de animar en Arenas, yo no paraba de agradecerlo, gracias, gracias y gracias, no sabéis lo que se agradecen estos momentos de felicidad.

Ya podía escuchar la megafonía, la meta estaba allí. Y esperándome estaban mis amigos, pese a que hacía horas que habían llegado a meta, no quisieron perderse aquel momento único, aquel en el que completamos nuestro sueño y allí estaban Lupe y Oscar cámara en mano para hacerme la entrada más emocionante si cabe. Son momentos que no cambiaría por nada. Momentos que no podré olvidar. Como muchos de vosotros, sabéis de lo que hablo.

«La traveserina es una carrera única, especial, espectacular en su recorrido, con una organización perfecta, voluntarios que siempre están dispuestos a ayudarte, que se adelantan a tus necesidades«

La Traveserina es esa carrera que te ofrece la oportunidad de visitar lugares únicos como Sotres, Bulnes, entornos como el de Pandébano, la Terenosa y mitos de la montaña como el maravilloso Pico Urriellu. Sólo uno de estos ingredientes merecería para una gran carrera. Pero es que esta lo tiene todo.

Meta Traveserina 2019
Meta Traveserina 2019

¿Y sabéis que? !!!La Traveserina 2019 tá acabá¡¡¡¡

¡¡NO SEREMOS LOS MEJORES, PERO ENTRE TODOS SOMOS LOS MÁS MOLONES!!

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