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Trail Running España

El Trail se nos va de las manos…

15/05/2019
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Iván Cabike nos escribe para darnos numerosas razones por la que considera que «el trail se nos va de las manos». Según Iván, se está desvirtuando el hecho de realizar pruebas de ultra distancia sin la preparación física adecuada.

Os dejamos con su fantástica reflexión personal de por qué «el trail se nos va de las manos»

Soy del 74, crecí en los 80. Soy uno de aquellos chavales que se pasaba tooodo el día en la calle, vivía en las afueras y sólo había prados para correr, jugar al rescate, a la queda, incluso a saltar a la comba o a la goma con las niñas.

Uno de aquellos chalaves….

que saltaba la valla del colegio….

entre el viernes por la tarde y el domingo por la noche, todos los fines de semana del año, para jugar a fútbol, a baloncesto, a echar carreras con los amigos hasta que la luz ya no te permitía ni ver el balón. Daba igual que fuera primavera, verano, otoño o invierno. No había otra diversión que el deporte, estar en la calle y correr hasta que no podías más. Y así desde que tengo uso de razón hasta los 20 años que volvía a casa a última hora, me duchaba y salía con mi novia.

No me  emborrachaba, no fumaba, sólo deporte y amistades sanas, sin maldad. Alguno diréis que qué tonto, que qué aburrido. Bueno… a día de hoy no hubiera cambiado nada.

que todo el día hacía…

karate, balonmano, futbol… y asustando señoras y esquivando bolsas de la compra con el patinete por las aceras. Que estaba deseando que llegara la asignatura de Educación Física el día de hacer el test de Cooper para correr como si no hubiera un mañana y darles a los chulitos de clase pal´ pelo durante 12 min corriendo a tope. Corría cross los domingos de invierno y la San Silvestre todos los años desde los 13 años. Para lo que me empezaba a entrenar la misma semana, 2 o 3 salidas antes de la carrera pensando que así entrenaba bien. Madre mía!!

que con 16-17 años…

con las únicas zapatillas de calle que tenía, aquellas Kelme o Joma de piel blancas, subía el Naranco corriendo o le cogía la bici de cambios a los pocos afortunados que la disfrutaban en aquella época. “Déjame una vuelta” y te tirabas más de 1 h para subir y bajar el puerto de tu ciudad imitando a Perico Delgado o a Sean Kelly ganando el premio de la montaña.

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El Trail se nos va de las manos

que flipaba con…

las primeras mountain bike sobre el año 1988, de la marca Peugeot que sólo vendía el Corte Inglés. Que se compraba el marca e iba anotando en una plantilla que traía, las clasificaciones de etapa y general del Tour de Francia y la Vuelta a España. Que se nos ponían los pelos de punta viendo a Perico quedarse unos metros detrás de Rominger para a continuación meterle un hachazo y ganar en Lagos de Covadonga.

Era el raro

El que estaba todo el día por ahí corriendo, pillando sudadas, moviéndose por toda la ciudad con mi flamante mountain bike, Orbea primero y Specialized Stumjumper después (que aún la tengo) metiéndola en las tiendas para que no me la robaran cuando me mandaban a hacer recados. Saliendo corriendo en primavera de clase, ponerte un pantalón corto y meter un bocadillo de Nocilla en una mochila y salir al monte o a la carretera a pillar pajarones inhumanos o a investigar caminos de cabras. Madre mía!! Estábamos salvajes.

Forrando la carpeta de clase, no con fotos de Samanta Fox o Sabrina, sino con las de John Tomac, o Tinker Juarez que por aquella época eran los top mundiales que salían en las revistas y que 25 años después tuve el placer de poder pasarle en competición, mirar hacia atrás y decir “joder!! Estoy pasando al puto Tinker».

En definitiva,

uno de aquellos chavales…

que vivió, disfrutó y se hizo hombre con el deporte, en todas sus formas y modalidades. Y que lo incorporó a su naturaleza, a su personalidad como algo innato y diferenciador que marcó y sigue marcando el resto de su vida. Los que entendéis esto os digo que somos la resistencia.

Todo esto no es más que un preámbulo, una presentación para ver de dónde venimos y dónde estamos ahora.

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El Trail se nos va de las manos

Pues ahora estamos en un punto en el que después de dedicar los últimos 7 años de mi vida a entrenar y competir, siempre en nivel amateur, pero tomándomelo lo más en serio que un no profesional puede hacer. Después de correr todas las carreras que me apeteció, sin límite alguno. De competir en las mejores pruebas por etapas del Mundo en Canadá, Sudamérica, África, Asia… de tener lesiones, accidentes, de jugarme la vida en varias ocasiones, de conocer gente fabulosa y paisajes increíbles y de tener más muescas en el cinturón que el malo del Oeste, resulta que ahora me apetece cambiar de tercio y acercarme a un nuevo deporte.

Por cambiar, con tener nuevos retos e ilusión para seguir entrenando, seguir en forma. En definitiva, una excusa para seguir buscándome a mi mismo a través del deporte y darme en esta vida un motivo que me aporte un poco de estabilidad emocional, tan difícil de encontrar hoy en día.

Podía haber sido otro deporte pero en mi caso fue el Trail Running

¿Por qué? Porque es muy similar a lo que venía haciendo, especialmente por el medio, la montaña… 

Creo que los que hacemos estos deportes de resistencia y naturaleza en el fondo debemos ser los antiguos guerreros y cazadores de hace 5.000 años. Buscamos mediante el sufrimiento en el deporte una respuesta inconsciente a nuestra naturaleza de depredadores ancestrales. Reminiscencia en nuestro ADN.

Como hoy en día no hace falta pasar días corriendo detrás de una presa por el monte, o persiguiendo o huyendo de enemigos, hacemos carreras para apaciguar nuestra necesidad de supervivencia. Está en la naturaleza humana por muy civilizados que nos creamos.

Pues como digo, todo esta introducción viene porque un día me decido a empezar a correr por el monte, o lo que queda más guay, a practicar TRAIL RUNNING. Y ¿qué hace falta para ello hoy en día?. Pues hombre, lo primero e indispensable, unas zapatillas de trail, ¿no?. Aunque hay algunos que parece que van a subir el Everest con todo el equipamiento que llevan encima, aunque sea para una carrera de 10 kms. El tema de la moda y el postureo aquí daría para otro rato, mejor lo dejamos.

Llamo a ese colega que todos tenemos que pilota mucho de esa actividad nueva para nosotros

Y le pregunto:

 -“Oye José, ¿qué zapatillas me compro para empezar a hacer trail?”.

– “Pues vete a esta tienda especializada y déjate aconsejar por ellos que son unos máquinas”.

Ok. Lógico!!. Dicho y hecho.

“Muy buenas!!. Quiero unas zapatillas de trail”

“Muy bien. ¿Alguna marca en especial?”

“Me dijo mi colega, que pilota mucho, que Sportiva o Salomon son las mejores” “Yo quiero unas top”

“Y… ¿para qué las quieres?”

“Joder!! Para correr por el monte”.

“yaaaa!! Pero para distancias cortas o largas?”

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El Trail se nos va de las manos

Me quedo con cara de póker, dudando unos segundos y mirando fijamente al dependiente… sabiendo que la respuesta me podía hacer quedar como el auténtico neófito (globero para los de la ESO) que soy en este nuevo deporte para mi.

-“Bueno… ya estoy corriendo 12-14 kms del tirón, despacio, pero seguido” (pensando que eso era largo)

-“¿Qué es corto y qué es largo?”

(repito la cara de póker, subiendo la apuesta y haciéndome el duro como cuando metía a grande con pitos años atrás jugando al mus apostándonos las rondas de cerveza cualquier día de semana).

-“No hombre”. Me dice el amable dependiente, intentando contener la sonrisa.

-“corto es hasta 40 kms” “hasta maratón”

“¡Quéééééé!!!!! ¿Hasta 40 kms corto?” , “pero hay gente que es capaz de correr por la montaña 40 kms?” “¿sin parar?” «el trail se nos va de las manos»

El tío acababa de meárseme encima y tirar mis 14 kms, que tanto me había costado conseguir, por el wáter. Con una sonrisa de medio lado y un bocadillo en forma de pensamiento como los de los tebeos antiguos saliéndole de la cabeza que ponía “puff!! otro globero”, “vaya mañanita que llevo”.

Mi reacción inmediata fue preguntar:

“Si eso es corto… a qué llamáis largo?” «El trail se nos va de las manos»

Temiéndome la respuesta como el que espera la bofetada de su madre cuando sabe que se la merece, me espeta:

“Pues largo es a partir de 40 kms, que ya son ultras. De 50-70-80-100 y hasta 165 kms”

Ahí ya se me fundieron los plomos, se me encendieron todas las luces del salpicadero y se me pusieron los ojos en blanco. Casi sin poder articular palabra llegué a decir:

“Pero… ¿de verdad hay gente que hace esas barbaridades?”

“Claro!!! La mayoría. De echo poca gente hace distancias cortas. Lo que se lleva son los ultras”

“Es lo que más mola”.

Lo que más mola dice el tío. Madre mía!!

-“Pero… ¿cuánto se tarda en hacer eso?”

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El Trail se nos va de las manos

-“pues en un Mont Blanc entre 20 y 45 horas”

Ahí ya no pude hablar mucho más. Agaché la cabeza, me cogí las zapatillas que me eran cómodas, sin pensar si eran para “corto o largo” , con mucho o poco drop o con taco para seco o barro. Me despedí y me miré dentro diciéndome a mi mismo:

“Eres un mierda. Y tú que pensabas que eras un tío duro…” “no mereces vivir, globero de mierda”.

Esa charla en aquella tienda no se me olvidará en la vida. Es como otra cicatriz más en mis piernas. El trail se nos va de las manos

Pero eso no fue lo peor, sino que en los meses sucesivos, cuando conocía gente nueva que también hacían trail siempre había dos frases comunes a todos. La primera era:

-“Pues ya verás… el trail engancha”

Jajaja!!! Engancha dice. Lo que engancha es la droga. El trail cansa… y mucho.

Y la segunda era:

-“Tu… ¿qué ultra vas a correr?”

– “¿Ultraaaa?… ninguno. Yo solo salgo a correr un par de horas y como mucho medias maratones de montaña”.

-“ya, ya…” eso lo dices ahora. Pero ya verás como en nada estás corriendo ultras”, “esto te engancha”

(Y dale con el enganche)

Esto lógicamente me llevaba siempre a la misma pregunta:

-“Pero tú… ¿cuánto entrenas a la semana?” (esta siempre es mi pregunta cuando alguien me dice que hace ultras)

Lo decía porque yo vengo del mundo del mountain bike.

12, 15, 18 h semanales durante meses antes de presentarme en la salida de un ultramaratón de BTT. De machacarme y machacarme cada día para tener un mínimo que me permita hacer una prueba con garantías y un buen resultado. De cuidar lo que como, de privarme de muchas cosas para ser competitivo a un nivel amateur y sobre todo de tener un respeto a las distancias y los esfuerzos y no meterme en la boca más de lo que puedo masticar. Y lógicamente pensaba que para hacer esas barbaridades había que dedicarle al entrenamiento todas las horas del mundo. Pensad en correr, seguido, sin parar, aunque sea lento y además por el monte, ya no digo 20 ni 10 h. Pensar en correr 4 horas seguidas. Eso ya está al alcance de muy pocos.

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El Trail se nos va de las manos

-“Bueno… yo salgo a correr un rato después de trabajar, 30-40 min un par de días por semana y luego el fin de semana con mi novia y el perro nos vamos a la montaña y nos metemos todo el día caminando por allí. Y nos apuntamos a ultras de 100 kms.

Llevo toda la vida entrenando como un cabrón para nada. El trail se nos va de las manos

Resulta que un tío gordito, que se le ve fuera de forma totalmente, que en su vida había hecho actividad física alguna, sin buenos hábitos alimenticios, incluso fumadores… después de los 35 se pone a rodar tranqui un par de días por semana y rutita de montaña el finde mientras pasea al perro, se pueden correr ultras. (Si pudiera poner aquí el emoticono de los ojos como platos lo pondría).

Lo dicho no valgo para nada. Qué pena!!.  30 años de deporte tirados por la borda cuando podía estar comiendo a lo cerdo y emborrachándome cada finde de chaval y hacer ultras sin problema.

Esto no me pasó una ni dos veces

Sino que fueron muchas las personas que con este perfil me fui encontrando durante el año y medio siguiente que me dediqué a entrenar e ir conociendo este mundillo. En cada carrera, fuera de la distancia y el nivel que fuera, me encontraba no con uno, sino con mucha gente armados en al salida hasta los dientes con material como para subir el Anapurna: mochila, perneras de compresión, manguitos, pantalón ultimo modelo, camiseta técnica, cortavientos de 200 pavos, cintita en el pelo y por supuesto los inseparables palos, perdón, bastones, a poder ser de carbono claro, son más ligeros y así se corre más.

¿Qué le pasa a todo el mundo con el tema de los bastones?

¡Si molestan más que ayudan!! ¿Pero de verdad son necesarios para 10 o 20 kms?. Aún recuerdo el año pasado en Transvulcania, cuando en las primeras 2 h de carrera tenía que ir esquivando palazos en la cara y poniendo la mano delante para que no me sacaran un ojo los corredores a los que iba pasando y que estamos hablando del top 100, no de globeros, levantándolos como si estuvieran solos en la montaña. Si vas a hacer distancias largas y los sabes gestionar bien, claro que son buenos y ayudan, pero si os fijáis en cualquier carrera, la gente que de verdad anda no los lleva, son los participantes más lentos que prácticamente no corren, solo caminan. Yo personalmente nunca los usé ni me gustan. Corrí ultras de hasta 74 kms sin ellos y creo que es la mejor opción pero también vi como los corredores que los saben usar bien me sacaban los ojos en las subidas llevándome con el gancho, pero no son estos tíos a los que me refiero cuando hable de esto.

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El Trail se nos va de las manos

Al final resulta que si se podía correr del tirón una maratón de montaña, incluso ganarla como hice en un par de ocasiones.

A lo largo de ese año y medio empecé a correr sprint trails de 15 kms, luego medias maratones de 20-22 kms y cuando vi que las asumía bien seguí entrenando y aumentado distancias hasta competir en varios maratones y al final en un ultra como Transvulcania, donde las pasé más putas que Caín, precisamente por ir un poco justo de forma, pero que así todo saqué un gran resultado. Después vinieron carreras por etapas y carreras verticales súper explosivas. Lo probé casi todo, desde carreras muy rodadoras hasta skyraces impresionantes. Siempre que me acerqué a un nuevo deporte o disciplina lo hice desde el respeto y la humildad hacia algo que no controlaba. Ayundándome de la experiencia del que sabía y haciendo caso a la gente que controla hasta ser yo el que también sabía del tema. Y lo seguiré haciendo cuando me meta en nuevos fregaos.

Puedo decir que de nuevo, al igual que me pasó con la bici, corrí lo que me apeteció y nunca tuve la necesidad de correr un Mont Blanc de 165 kms o cualquier otra carrera de 100 o más kms. Sabiendo que tengo la capacidad para ello, eso si, entrenando específico durante meses. Respeto y admiro profundamente a todo aquel que lo hace en unos tiempos dignos y me compadezco de los que se meten en esos líos sin la condición física necesaria porque son carne de cañón para lesiones, frustraciones y lo que es peor, riesgo grave de su salud.

Entiendo y comparto el tema del postureo en redes sociales y también soy parte de ello.

A todos nos gusta que nos reconozcan nuestras gestas. Está en la condición humana hacerse ver y querer el reconocimiento de los demás. Y hoy en día es más fácil que nunca. Pero todo dentro de una lógica. Un reto es algo que es difícil conseguir pero que está a tu alcance, dentro de tus posibilidades y tu nivel, sea cual sea.

Si tienes 40 años, estás pasado de peso, trabajas 8-10 horas al día, comes lo que pillas y la última vez que hiciste ejercicio fue en el instituto… no te compres unas zapatillas de trail y te vayas con ese colega que hace ultras (que no está mucho mejor que tu) y te plantes en una salida de una de 80 o 100 kms por muy mítica que sea la prueba.

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El Trail se nos va de las manos

No intentes sumar esos 3 ultras “caminando” que necesitas para preinscribirte en el Mont Blanc porque esa carrera, que es el puto mundial oficioso del trail, debería ser la guinda que colme el pastel de un muy buen ultracorredor que después de años pegando chepazos por todo tipo de carreras y distancias, después de años de entrenamiento y de conocerse a si mismo como nadie, quiere culminar su humilde carrera amateur con un UTMB, no como Kilian en 19 horas, sino en 30 o 35 h (que ya está bien) pero decentemente.

Y mucha culpa de esto la tienen también los organizadores.

El trail también SE les va de las manos

Porque todos quieren hacer la carrera más dura, más larga, más “imposible”. Señores, un poco de cabeza. No se puede pedir sentido común a los corredores aficionados si sois vosotros mismos los que les planteáis esas barbaridades. Filtros, tiempos de corte y acreditaciones de distancias anteriores para afrontar cosas serias. Y por nuestra parte no seamos tan idiotas de aplaudir a la gente que hace un ultra de 50 kms en 12 o 14 h, dejándose casi la vida, para llegar a meta y hacerse la foto. Si no aguantas 3 h corriendo seguido no deberías apuntarte ni a la distancia maratón. No seamos cómplices de la inconscencia.

Con todo esto quiero decir que cada uno haga lo que le apetezca, pero que lo haga con sentido común y responsabilidad, tanto para ellos como para sus familias. Al final cuando te pasa algo malo a tí, también lo sufren los que tienes alrededor. Tu incluso te puedes ir para el otro barrio, como lamentablemente en ocasiones pasa, pero los que se quedan les destrozas la vida. Podemos tener un accidente de coche y palmarla cualquier día, pero no lo buscas, solo pasa.

Constancia y progresividad

Poco a poco, entrenando lo que tu cuerpo y tu mente admita, cuando tengas un mínimo controlado, si te apetece medírtela con los demás pues te haces alguna carrerita para ir cogiendo experiencia y divertirte mientras sufres, 10-12 kms. Cuando ves que lo haces decentemente, si te apetece subir de distancia, entrenas más y mejor y te animas con las medias maratones y si ves que vas bien y tu cuerpo te respeta, si te apetece… sólo si te apetece, te puedes plantear unos meses después una maratón de montaña, que ojo!, ya es algo muy serio. Ya no te digo un ultra de 20, 30 o 40 horas tirado por el monte, de noche, con frio, lluvia y demás. Poca gente está capacitada y entrenada realmente para estas distancias sin correr riesgos. Pero si lo quieres y puedes hacer tiene que ser después de pasar todas las fases anteriores.

Yo por mi parte sigo con mi dinámica de machaca cuando me enfrento a un deporte o reto nuevo: estudiar, planificar, entrenar y cuando todo esté hecho… competir. “No seré yo moderno”.

No flipemos y queramos ser los más guays de nuestro barrio con nuestra foto bajo el arco de Chamonix el último sábado de agosto. Que nos la jugamos, en serio. Cada poco salta algún caso de gente que desgraciadamente se deja la vida en una prueba de fondo. Y de verdad que no merece la pena. Al final la carrera pasa pero el cuerpo nos tiene que durar para toda la vida. Una cosa es hacer ejercicio y otra quemarse la salud. Que no vamos a quedar mal ni a ser menos por ponernos objetivos más acordes con nuestras posibilidades.

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El Trail se nos va de las manos

No nos creamos que todos somos Kilian, que no.

Lo dicho… EL TRAIL SE NOS VA DE LAS MANOS.

Iván Cabike (deportista de corazón)

¡¡NO SEREMOS LOS MEJORES, PERO ENTRE TODOS SOMOS LOS MÁS MOLONES!!

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