Hasta Navacerrada nos desplazamos el pasado 8 de octubre a disfrutar y sufrir en partes iguales el Gran Trail de Peñalara con sus 103K y 5.000mD+. Tras muchas horas recorriendo el PN de la Sierra de Guadarrama pasando por lugares emblemáticos como la Maliciosa, Peñalara o el Real Sitio de San Ildefonso os contamos cómo la vivimos y cómo la sentimos.
Navacerrada
Navacerrada fue el origen de nuestra titánica aventura. Navacerrada es una localidad del norte de Madrid situada muy cerca de la autovía A6 y situada a unos 1.200 msnm. Se ubica en la ladera sur del PN de la Sierra de Guadarrama y presenta una población de algo más de 3.000 habitantes. Siendo su principal actividad económica el turismo de naturaleza/motaña. Bueno, vamos al arroz que no hemos venido a hablar de Navacerrada, sino de su majestuoso Gran Trail de Peñalara.
El viaje al Gran Trail de Peñalara
Tras algo más de 3 horas de viaje debido al tremendo tráfico que nos encontramos en el trayecto (tiempo estimado según el navegador de 2h15′) llegamos a la localidad en torno a las 19:45. La idea era haber llegado a la salida del Cross de Navacerrada (CNN), pero nos fue imposible. ¿El motivo? El puente del 12 de octubre. Y como sabemos todos, los madrileños salen en estampida cuando hay puentes y buen tiempo jaja. Destacar que el CNN se realizaba la salida a las 19.30.
Arco de salida (Navacerrada) – Gran Trail Peñalara (2021)
Recogida de dorsal y entrega de la mochila (avituallamiento Rascafría)
Uno de los aspectos que menos nos gustó de la carrera es que la recogida del dorsal se tenía que hacer en el polideportivo de Navacerrada. Entendemos que por una cuestión de logística se realiza allí, pero la verdad es que es algo estresante tener que desplazarse 1 km para recoger el dorsal.
En nuestro caso personal nos limitó bastante, ya que se nos olvidó depositar la bolsa de vida (que llevarían al avituallamiento de Rascafría), por lo que tuvimos que volver al coche (que estaba al lado de la salida) para volver de nuevo al polideportivo. Creemos que es un punto negativo que, aunque quizás sea dificil de solventar, sí fue un aspecto que nos disgustó.
Control de material
Alrededor de las 22.15 de la noche (15 minutos antes de la salida) accedimos al corral de salida, donde los voluntarios nos revisaron el material (especialmente el material de seguridad como las mallas largas o 3/4, la chaqueta de membrana y la manta térmica). Tras encender la luz roja trasera (también obligatoria por la organización), pasamos el control y entramos al «punto de no retorno».
Ya no había vuelta atrás. Estábamos por fin, y despúes de la suspensión del año pasado, en la línea del GTP. Los nervios estaban a flor de piel. Poco a poco fuimos adelantando corredores hasta posicionarnos en los puestos delanteros de la salida.
3…2…1… Gran Trail de Peñalara (103K +5.000m)
Salida
Ya en la línea de salida con el reloj sincronizado con el GPS y escuchando el rugido de Depa gritando «3 … 2 … 1 … El Gran Trail de Peñalara arranca un año más».
La salida se realizó a un ritmo alegre en las primeras posiciones. Supimos coger el ritmo, y así, aguantar los primeros golpes de la zapatilla contra el asfalto. Poco a poco fuimos dejando atrás el pueblo al que muchas horas después volveríamos con mucho más cansancio, pero con la misma ilusión con la que tomamos la salida. Poco a poco el terreno se fue inclinando y el ritmo tuvo que ralentizarse significativamente. Las pulsaciones ya empezaban a acelerarse y tendríamos muchos kilómetros por delante…
«Y así, comenzamos nuestra carrera, nuestra aventura, nuestra nueva historia que contar y nuestra búsqueda de la medalla de finisher de la que presumiríamos tantas horas después«
Maliciosa (9K & 1.000mD+)
Primer calentón del día y de qué mejor manera que con un kilómetro vertical. Es decir, ascender desde Navacerrada a 1.200 msnm y hacer cumbre tras 9 km en 2.200 m. La organización quiso que calentaramos para evitar lesiones y vaya si lo hizo. Primero ascendíamos unos kilómetros por pista y poco a poco fuimos cogiendo una senda que terminaría en una trialera por la que esquivando bloques de roca y mucha piedra suelta, logramos llegar al primer punto de control en la cima del pico de la Maliciosa.
Ahora tocaba la bajada más dificil de todo el recorrido. Un terreno muy técnico, con mucha piedra y arena por lo que de noche había que extremar las precauciones. Destacar que hablamos con más de un corredor que sufrió una torcedura en esta zona y….adiós carrera. En nuestro caso decidimos bajar el ritmo, que nos adelantaran las cabras, digo los corredores rápidos, y así llegar a Canto Cochino con garantías sin sobrecargar demasiado los cuádriceps y abductores.
Canto Cochino (Av. Km 17)
Primer avituallamiento del día. Si algo teníamos claro era que realizaríamos todos los avituallamientos como había que hacerlos, recargando bien los dos bidones de agua, comiendo y tomándonos el tiempo que fuera necesario. Habían muchos kilómetros por delante y perder unos minutos no nos supondría más que tener que rendirnos y abandonar.
Espectaculares vistas de la Maliciosa de noche – Gran Trail Peñalara (2021)
Breve ascenso
Tras salir de Canto Cochino ascendemos un pequeño repeño de unos 300 metros y recibo una llamada, me llamaba mi pareja para darme ánimos. Tal y como me dijo, me llamaría antes de irse a dormir para darme un empujoncito para la noche. Y vaya si me subió la moral. Iba muy delante de posición y de tiempo. Había que tratar de darle continuidad a las buenas sensaciones que llevaba.
Nuevo descenso corto en el que empiezo a notar que el abductor izquierdo me estaba llamando. ¡No podía ser! ¡Comenzaba a tener calambres! Es cierto que llegaba con algo de sobrecarga en esa zona, pero no entorno al km 20-25. Quedaban 3/4 de carrera y comenzaba con calambres. La verdad es que me lo tomé con gran filosofía (menos mal). Me tomé un relajante muscular y hasta donde llegara. Continué unos km y el dolor comenzó a disminuir en parte gracias al fármaco, pero también a la reducción del ritmo y a incremento en el consumo de agua y sales.
Puerto de la Morcuera (17K & 800mD+)
Nuevo avitullamiento en la Hoya de San Blas (Km 27) y nueva ascensión sí, pero mucho más suave que la anterior. En este tramo ya habíamos planeado reducir la velocidad para no gastar demasiada energía. Subida a pista, cómoda, con una pendiente media en torno al 5% (aunque máxima del 16%). Durante esta sección combinaremos tramos de pista forestal y tramos de senda. Ya el último tramo se incrementaría la pendiente notablemente por una pista que nos llevaría hasta el siguiente avituallamiento en la cima del Puerto de la Morcuera (km 40).
Este fue el avituallamiento más estricto que encontramos por todo el recorrido (en cuanto al tema COVID se refiere), nos obligaron a lavarnos las manos con gel hidroalcohólico y nos impideron acercarnos al avitullamiento (no queremos decir que el resto de avituallamientos fuera un desmadre, pero sí es cierto que este fue el más estricto de todos).
Una vez arriba, nuevo descenso o, mejor dicho……¡Muerte! jajaja. Hasta día de hoy no he sentido tantas pocas ganas de correr como en esta bajada. ¡¡¡Ni despúes de una siesta de verano!!!. Personalmente, para nosotros, el peor tramo de toda la carrera. ¿Muy técnico? Para nada, toooodo lo contrario, más de 15 km de bajada por pista ancha. Solo en mitad de la noche y en mitad de la nada. Tan pronto aceleraba el paso, como me ponía a andar con tal de ver algo o alguien. Ya me daba igual que fuera o no humano (me había servido hasta un espíritu que me acompañara). Algo más de 1 hora y media para realizar este tramo que, sinceramente, mina la moral jajaj. Pero como todo llega, todo pasa.
Rascafría (Av. km 55)
Finalmente, tras un laaargo y sufrido tramo, llegamos a la civilización. Llegamos a Rascafría donde nos esperaría el avituallamiento «grande» donde tendríamos la bolsa de vida. Tras cruzar una carretera en la que, en un tono jocoso, nos invitó a cruzar un voluntario de la organización, nos comentó que en el avituallamiento nos esperaban los cubatas y los chuletones de ternera. No, no era cierto jajaja. Algún día te pillaré y hablaremos tú y yo…
Entramos en el avituallamiento y, al menos, esperábamos un plato de pasta, arroz o algo del estilo como en otras pruebas de ultradistancia que habíamos disfrutado. Sin embargo, más de lo mismo que en otros avituallamientos, membrillo, fruta, frutos secos, gominolas, caldo de pollo, etc. Pero nada de nada de un buen plato para reponer fuerza (otro de los puntos negativos para la organización).
Y así, tras tomarnos nuestro descanso, equiparnos la chaqueta de membrana, reponer geles y barritas y depositar en su contenedor adecuado los envoltorios de los geles y barritas ingeridas, decidimos tomar de nuevo la salida para continuar en nuestra aventura. Desde este punto nos esperaba la mitad de la carrera, pero con algo más de a mitad de desnivel. La cosa se empezaba a poner seria desde Rascafría, pero no sin antes parada técnica destrás de un árbol (ya me entendéis).
Reventón (10K +900m)
Ahora sí, comienza lo bueno. Nuevo kilómetro vertical (o casi). El principio lo realizaríamos por senda con quien iría acompañado de un toledano (le mando un saludo) com quién fui hablando del proyecto Trail Running España. La verdad es que de vez en cuando socializar siempre es de agradecer. Y más si es de alguien que conoce TRE jeje. Un saludo enorme para el sonsecano. Tras un tramo juntos, finalmente me noté con algo más de ritmo y decidí acelerar el paso (disculpameeee jajaja). Y así, continué en solitario mi marcha.
Ya en esta zona el cansancio comenzaba a hacer mella y el frío se iba notando (a pesar de llevar el cortavientos y los guantes). Tramo largo de pista durante kilómetros y kilómetros. Finalmente, llegamos a nuestro siguiente objetivo, el avituallamiento en el Reventón (Km 64).
A este punto llegué realmente muy fatigado y con el estómago muy revuelto, apenas podía ingerir alimento y lo poco que tomaba me daban arcadas. Tras mucho insistirme el voluntario de la organización decidí comerme un puñado de gominolas y otro de almendras (por fin un avituallamiento de almendras sin sal jaja). No me sentó muy allá, pero la verdad es que tenía que ingerir alimento sí o sí para afrontar los 40 km que aún quedaban en mi andadura (ya no se puede decir corredura jaja).
Muy amablemente el voluntario me acompañó para indicarme el recorrido del GTP y no confundirme y tomar la ruta del TP (que también pasaba por allí). En nuestro caso bajábamos hacia el Real Sitio de San Ildefonso y en el caso del TP ascenderían directamente hacia Peñalara (ojalá nosotros también jeje).
Real Sitio de San Ildefonso «La Granja» (Av. Km. 71)
Nueva bajada pistera interminable. Otro sufrimiento mental más y nuevo momento de querer ver gente con quien decir al menos un «hola, ¿cómo vas?, ánimo». Sin embargo, nadie por delante y nadie por detrás. Y de nuevo la llamada de la naturaleza (esto de tener el síndrome del colón irritable es lo que tiene…). Vi una senda y una nueva oportunidad.
Tras terminar, una pareja de dos corredores me pasaron y traté engancharme a ellos. Sin embargo, me sacaban ya unos metros y era mejor no forzar la maquinaria. Al fin y al cabo el avituallamiento estaba cerca y allí podríamos hablar con quien fuese, con un paisano, con alguien de la organización o con un gato mismo jeje.
Ya en el avitualamiento, dos vasos de caldo, café, sandía y a correr…Y así salimos en busca del verdadero reto del día, coronar Peñalara.
Peñalara (10K & 1.200mD+)
Puff…Peñalara…..Pues nada, a partir de este tramo a hacer de tripas corazón. Algo más de un kilómetro vertical en unos 10 Km. Tuvimos que retroceder sobre nuestros pasos alrededor de 1,5 km para encarar el ascenso hacia el techo de la Comunidad de Madrid, el Pico Peñalara (2.428 msnm). Subida, subida y más subida. Tramo por senda, rodeado de pinos y helechos. Las fuerzas bajas, el estómago muy regular y las ganas escasas. Pero había que continuar, ya habíamos llegado hasta este punto y había que continuar.
Que las barritas no entraban, tiraríamos de geles y alimentos blandos como fruta y gominolas. Pero sí o sí, esto seguía adelante.
Tramos de pista, tramos de senda, tramos de pista, tramos de senda y así los kilómetros iban pasando, pero el ascenso hacia Peñalara no cesaba. Horas después nuestra vista alcanzó un collado. Ya estaba hecho, habíamos coronado el pico. No, no habíamos llegado. Eso eran las precumbres del Peñalara.
«Tienes que llegar hasta allí. Aquello es el risco de Claveles. Ten mucho cuidado que es peligroso. Tranquilo, van todos como tú o peor. !Mucho ánimo!»
Os aseguro que eso desmoraliza y mucho. Viendo la cumbre de la subida y tras alcanzarla ver que aún te queda seguir subiendo no es molón. Seguimos subiendo y subiendo y tocaba cerrar bastones. Tramo de muchos bloques de piedra y los bastones imposibilitarían continuar por esa zona. Más tarde, estábamos en el famoso «Risco de Claveles».
Allí escucho un «¡Vamos Gonzalo». No podía ser. ¿Quién me saludaba en esa zona?. Levanté la cabeza y allí estaba Sergio Mayayo de la revista carrerasdemontana.com. Tras verme sufrir cruzando el paso de montañana. Las fuerzas ya eran escasas y cualquier mal levantamiento de una pierna podría suponer calambres. Había que pasar tranquilo. Despúes de 83 km no había prisa ninguna y así, me adelantó un corredor mucho más ágil en ese terreno.
Risco de Claveles – Gran Trail de Peñalara (2021) (Fuente: Sergio Mayayo, carrerasdemontana.com)
Puerto de Cotos
Más feliz que un regaliz tras decirme que iba en una posición mucho más ventajosa de la esperada, comenzé a bajar a un ritmo más elevado del que hubiese tenido que lleva. Pero la motivación me empujaba en la bajada. Bajada rápida de unos 6 km,. Fuimos saludando a la gran cantidad de turistas que por allí se dejaban ver. Agradecer a todos ellos por los ánimos que también eran un gran empujón para bajar.
Y así, un ratitio despúes, llegamos al avituallamiento de Cotos (km. 88). Y allí estaba mi familia. Mi cuñado ayudándome en el avituallamiento (quien había corrido unas horas antes el CNN). Así da gusto correr con alguien que te hace el avituallamiento y te da de todo lo que necesitas, y en el que tú solo te tienes que limitar a comer y beber. Y así, comencé la Loma del Noruego. Tras la explicación de la subida hacia la última cumbre del día (la Bola del Mundo), continué solo en mis últimos 13 km. El cansancio ya era mas que notable.
La Bola del Mundo (5Km & 400 mD+)
Último esfuerzo. Última agonía. Sensaciones de felicidad comenzaban a aparecer. Si habíamos llegado a este punto (km 90) la carrera estaba hecha. Ya no podía salir nada mal. Había que apretar los dientes y morir allí.
!Vamos Gonzalo! ¡Me cago en la p***! !Tú puedes con esto y con lo que te echen! ¡Hay que morir aquí y terminar como se pueda! Llegados a este punto había que tirar de los mantras que te hagan sacar fuerza de cualquier sitio. De la cabeza, de las piedras o del aire. De donde sea. Había que llegar a la Bola y….bajar. Simplemente tocar la cima con la yema de los dedos, respirar y…bajar. Nada más. Vamos…hazlo. Has estado entrenando meses y meses. Has sacrificado planes de verano para estar ahí. Hay mucha gente que no puede estar donde estas. PUEDES…..¡Y LO HARÁS!
Y sí, toqué el cielo. Toqué la cima de la última subida de esta edición del GTP. Sabías que podrías y lo has logrado. Vamos Gonzalo. Ahora, déjate caer. Sabes que tu familia te está esperando. Piensa en ellos.
Y………¡META del Gran Trail Peñalara!
Ya está, la bajada está hecha. «Has sufrido mucho en la bajada, pero ya está». He de decir que la bajada fue un auténtico infierno. No fue especialmente técnica, pero sí llevaba la planta de los pies en carne viva. Me dolían muchísimo y cada piedra las notaba como alfileres, pero ya estaba la carne puesta en el asador. Estaba abajo, encarando la línea de meta.
Saqué mi bandera de TRE y el speaker gritó nuestro famoso «No seremos los mejores, pero entre todos somos los más molones». Y así, se acabó. El reloj se paró. Mis piernas cesaron su paso y entonces llegó ese momento.
«El momento que muchas horas atrás esperaba, esbozar en mi cara una muesca de felicidad, algo parecido a una sonrisa, pero que a causa de la falta de fuerzas, apenas dejaban mostrar. Y así, crucé el Valhala de Navacerrada. Ya estaba hecho«
Gran Trail Peñalara (2021)
Conclusiones Gran Trail de Peñalara (103K & +5.000mD+)
Ya hemos denotado lo mucho que nos hicieron disfrutar y sufrir en la carrera. Los voluntarios en todo momento estuvieron atentos de los corredores, nos mimaron y nos cuidaron. ¿La recomendamos? Por supuesto que sí, sin el más mínimo atisbo de duda. Si estás leyendo estás líneas, plantéate hacerla en algún momento.
Sí que podríamos poner algún punto negativo, las bajadas en pista tan largas son muy desesperantes, en Rascafría tendría que haber algún plato de comida algo más abundante, los frutos secos sin sal jeje y, por último, la distancia entre la salida de la carrera y el polideportivo donde se hace entrega de los dorsales.
Agradecimientos
Y como siempre, siempre, siempre, terminamos estas líneas agradeciendo a toda la organización. Sobre todo, a los voluntarios. Simplemente sois increíbles. Nos habéis tratado como a vuestros hijos (o mejor). En todo momento han cuidado de nosotros, se han preocupado de que comieramos (como ya hemos destacado en el Reventón). Desde altas horas de la noche en primera línea de fuego. Lo dicho, GRACIAS, GRACIAS Y MIIIIL GRACIAS.
Agradecer también a todas las marcas, sponsors, empresas y demás colaboradores que habéis aportado vuestro grano de arena para que este evento haya salido adelante una vez más y, a pesar de las adeversidades por la situación sanitaria actual.
¡¡NO SEREMOS LOS MEJORES, PERO ENTRE TODOS SOMOS LOS MÁS MOLONES!!
