Saltar al contenido
Trail Running España

Ibán López: «I am a Skyrunner»

17/02/2021
I am a skyrunner

Ibán López nos envía este espectacular relato para contarnos cómo una lesión le apartó durante un tiempo de ser como se autodefine, un «skyrunner». Recomendamos encarecidamente que dediquéis unos minutos para leer este relato que os aseguramos que os va a emocionar.

Desde Trail Running España le damos la enhorabuena por el texto y para desearle una pronta recuperación para que pueda seguir siendo ese skyrunner que lleva dentro.

¿Cómo empecé a ser un skyrunner?

Hace 11 años, y sin saber muy bien lo que aquello conllevaría, por un conjunto de casualidades, empecé a correr por las montañas. Un cambio de residencia me había llevado hasta un pueblecito alojado en el sur de la provincia de Salamanca, una zona donde la naturaleza y las montañas cobran un protagonismo especial, pues es este entorno, el que marca las pautas de la vida que transcurre a su alrededor.

Por la ventana de mi habitación, orientada al este, se veía cada mañana salir el sol por encima de la silueta que las montañas dibujaban, unas montañas que por su cercanía, bien podían ser consideradas como unas vecinas más del pueblo. Apenas tenía que caminar doscientos metros desde la puerta de mi casa para poder adentrarme en el bosque y correr en plena naturaleza.

Aquel rojo que me despertaba cada mañana en el cielo

Acostumbro a dormir con la persiana subida para que sea el propio día el que me despierte, me llamaba de sobremanera, me atraía de una forma especial e intensa cada mañana y sentía una especie de llamada que, sin saber bien lo que significaba, no podía omitir y cada vez provocaba una mayor atracción en mí.

«Cada mañana se repetía la misma sensación: amanecía, me despertaba y nuevamente la llamada se abría hueco dentro de mí«

Bajo esta secuencia de hechos que se repetía diariamente decidí un día levantarme pronto, calzarme unas zapatillas, y salir a correr un rato por aquellas montañas que cada día contemplaba desde mi ventana. Para ser sinceros, a nivel físico aquella primera mañana fue terrible: las piernas pedían auxilio a cada momento, las cuestas parecían interminables y parecía que el corazón en cualquier momento me fuese a saltar fuera del pecho.

Pero, y aquí es donde se produjo la magia, el verde que me rodeaba parecía abrazarme y mientras me acogía entre sus brazos, me hacía sentir uno con todo lo que me rodeaba. Yo, era el bosque. En aquel momento no entendía muy bien lo que pasaba pero incluso bajo aquel sufrimiento físico que estaba padeciendo, aquello me gustaba, y me gustaba mucho.

Ese y así, fue realmente mi primer día como corredor de montaña.

«Aquel día y sin yo esperarlo, nació dentro de mí un camino que a día de hoy sigue marcando mi vida«

Desde entonces miles son los kilómetros que he recorrido ya cruzando montañas, prados, bosques y ríos, pistas y senderos, crestas afiladas y expuestas o bosques tupidos que no te permiten ver más de diez metros por delante. He corrido solo y acompañado,  de día y de noche, con lluvia, nieve o bajo un sol abrasador, he corrido con el aire en contra y a favor, con cientos de dolores en ocasiones y otras veces, con una frescura que ni siquiera yo esperaba. He corrido portando un dorsal y sin él y de todas las formas que se puede correr y a la conclusión que he llegado es, que cada vez lo necesito más.

«Es, simplemente, una manera de estar en el mundo, mi manera de estar en el mundo«

Hasta aquí todo parece un romance idílico en el que chico conoce a chica, pero…

Se enamoran y viven felices comiendo perdices para siempre pero, y este «pero» es el que me ha llevado a escribir estas líneas, a principios de septiembre de 2020.

«Cruzando una calle tropiezo con una pequeña grieta que hay en el suelo y lo que parece una simple tontería, se convierte en una lesión que destroza todo posible movimiento en mi pierna izquierda«

I am a Skyrunner

Detengo mi actividad durante unos días para ver si la situación mejora y tras comprobar que no es así comienzo a buscar ayuda profesional. Visito a un primer experto y tras varias sesiones de fisioterapia no conseguimos arreglar el problema, un segundo, un tercero y hasta un cuarto capacitado en la materia y nadie es capaz de solucionarlo.

Mientras, mi frustración va aumentando. Tras cuatro meses de espera y búsqueda de soluciones, el dolor que en un principio me impedía correr, parece que se va mitigando y empiezo de nuevo a correr entre ese verde del cual me enamoré, en aquella primera salida, aun sabiendo que el problema no ha sido resuelto. Simplemente, las ansias me podían.

A la tercera semana corriendo…

A la tercera semana corriendo decido aumentar un poquito el esfuerzo y me atrevo a probar con unas series de velocidad para ver como responde mi cuerpo y… ¡zas!, otra vez la misma lesión, otra vez aquel mismo dolor que dio un giro de 180 grados a mi vida. En ese momento el mundo se me vino encima, la desesperación me invadió y perdí las ganas de luchar porque no me veía a mi mismo retrocediendo cuatro meses atrás para volver a empezar con algo, que ni siquiera se llegó a solucionar nunca.

Es curioso cómo he sufrido caídas en montaña en todo tipo de terrenos y siempre he salido airoso, cómo me he repuesto de cansancios tan grandes que parecían que jamás terminarían, cómo llega uno a luchar con todos los elementos en contra para llegar a completar un entrenamiento y cómo de repente la mayor de las tonterías, aquel fatídico y simple tropiezo en el que ni siquiera llegué a caer al suelo, puede contigo.

«Pues aquel día y en aquella serie, el mundo me cayó encima«

Once años corriendo 

Aprendiendo y entrenando la técnica correcta, trabajando todo tipo de fuerzas y ejercicios para mejorar, estudiando perfiles, distancias y desniveles, todo aquello que se nos pueda ocurrir. Once años, y ahora, había llegado el momento de aprender la más dura de las lecciones, de realizar el más exigente de los entrenamientos: «gestionar mentalmente aquella maldita situación«.

Ahora, han pasado cinco meses desde que este infierno empezó y hace diez días conocí a un experto en medicina y tratamientos deportivos con el que he visto por vez primera un rayo de luz, una pequeña esperanza que me brinda la posibilidad de empezar a caminar hacia la salida de este túnel.

I am a Skyrunner
I am a Skyrunner

Tras dos sesiones de tratamiento con él, fisioterapia de tratamientos invasivos, esta tarde salí a caminar una hora para poder oxigenar un poco las piernas, pues cada vez que voy a consulta “veo las estrellas y caminando solo, recordé una palabra de la que me enamoré la primera vez que la escuché.

Una palabra que cuando la conocí, me hizo entender lo que había sucedido aquella primera mañana en la que casi muero corriendo.

«Una palabra, que me dijo quien era yo. Esa palabra tan maravillosa que esta tarde volvió a mi cabeza para rescatarme era: “Skyrunner”.

Skyrunner. Corredor del cielo.

«Somos skyrunners, somos corredores del cielo». Hemos visto amanecer por encima de las nubes soles tan rojos que parecía imposible que pudiesen existir, soles tan rojos como los labios encarnados de una mujer enamorada, soles tan rojos que cuando uno trata de explicarlos se queda sin palabras«

Soles tan rojos que detienen por un momento nuestras carreras para hacernos sentir la gratitud que solamente el vivo puede sentir. ¡Qué soles!, ¡qué rojos!

Pues sí, somos corredores del cielo y somos afortunados por ello. Nos hemos enfrentado a tormentas y temporales por alcanzar la cima que nos habíamos propuesto, nos hemos caído y nos hemos vuelto a levantar para seguir corriendo, hemos apretado los dientes para no rendirnos cuando el cuerpo ya no podía más y gritaba para que nos detuviésemos, hemos luchado contra todo y hemos continuado siempre hacia delante y por eso, precisamente, somos corredores del cielo.

No pienso rendirme

No pienso tirar la toalla y quedarme en casa maldiciendo mi suerte por haber tropezado aquel día. He caído, sí, pero pienso levantarme otra vez más, una vez más y tantas como haga falta. Aguantaré tantos tratamientos como sea necesario sin importar lo dolorosos que puedan ser para poder volver a correr libre por mis montañas, sin importar lo jodido que salga de una clínica tras noventa minutos de agujas y espasmos musculares. Soy corredor del cielo y eso, me ha enseñado a no rendirme jamás. Jamás.

I am a Skyrunner
I am a Skyrunner

«Skyrunner, que palabra tan bonita para describir una vida. Mi vida»

¡¡NO SEREMOS LOS MEJORES, PERO ENTRE TODOS SOMOS LOS MÁS MOLONES!!

SÍGUENOS EN TODAS NUESTRAS RRSS:

Revista y Comunidad de Trail Running España