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Mi primera vez (Armando Medio)

Mi primera vez (armando medio) - principal

Mi primera vez (armando medio) - principal

Nuevamente nos envían la crónica de «la primera vez» que tanto nos gusta leer y publicar en este medio digital. En esta ocasión es Armando Medio quien se pone en contacto con nosotros para publicar su primera experiencia en esto del Trail Running. Nos lo cuenta Armando

Hace ya algunos años de mi primera vez en una carrera de montaña y os voy a contar cómo me enganché a este bendito deporte. Y esta es mi forma de contarlo

Con mis cincuentaypico

He decidido que ya está bien de ser «la fea» que va con sus amigos al baile,  pero se queda guardando la ropa. Por esta vez quiero bailar y donde mejor que en mi casa, en mi ciudad, en mis montes…

Mi mochila solo lleva unos pocos cincomiles, casi siempre con mis amigos de Déjame Tus Piernas, auténticos devoradores de kilómetros todos ellos.
Escasos entrenos por cuestiones laborales y de familia y, eso si, muchos muchos kilómetros y horas de montaña.

«Una tarde eché mano al móvil y…voilà, inscrito!!! Mi preparador?, YouTube y sus tutoriales…, Ay dios!!!!«

… y llegó el día.

Aparco junto a la entrada, ocho menos cuarto, no vaya a quedarme sin sitio, ja ja ja…

Con leche y largo, por favor. Me siento en un rincón de la cafetería que poco a poco se va llenando, parece que todos conocen a todos, pero yo no. 

Chaquetas llenas de logos de equipos y patrocinadores, acojona y me pregunto: «¿que coño hago yo aquí?«. Mis vaqueros me delatan como novato «la próxima me traigo los Trango, que cantan menos».

Nueve menos cuarto.

Paseo nervioso camping arriba y abajo. Encuentro a Chechu y Pablo junto con Carlos Hernandez y Edu Rus nos tira unas fotos.
No hay tiempo para más.

Salgo en la cola para no molestar y pronto identifico al que será mi grupo durante muchos kilómetros: supervivientes cuyo objetivo inmediato es pasar el corte antes de las 11:15.

Mi primera vez (Armando Medio)

«Sin hablarnos hemos sido cómplices de cuestas, barro y hormigón, charcos y asfalto. Siempre pelaos, siempre al límite del crono, sonríendonos cada vez que un voluntario nos grita «estáis en tiempo…. venga!!!!».«

Entre risas llega la catástrofe

Hacia el km 15 cuando trotaba entre risas con dos corredoras llega la catástrofe en forma de calambres, primero en una pierna, luego en las dos. Las chicas continúan, yo no puedo ni caminar

Estiro como puedo sobre el poste de madera de una alambrada de espinos y arranco a caminar renqueando. Poco a poco subo por la pista de las piscinas hasta el último avituallamiento.

«Ya estaban recogiendo, me atienden y animan, «venga!, ya estás ahí, el resto es cuesta abajo…»

Jamas olvidaré la bajada hacia casa Yoli. Vuelven los calambres y me quedo clavado. Este tiarron de metro noventa y ochenta y tres kilos llora como un mocoso.

Lloro de dolor y de rabia

Está tan cerca, veo la meta ahí abajo, casi puedo tocarla, hasta escucho la megafonia… y a la vez, estoy tan lejos…!. Sorpresa!, aparece una pareja que iban detrás de mi. Con el crono pegao al culo para entrar en tiempo se paran a mi lado. Sacan un spray de Réflex y «pierden» su tiempo y sus posibilidades en ayudarme. Por dos veces lo hacen, que grandes personas y que gran lección.

Mi primera vez (Armando Medio)

Aparecen mis dos últimos ángeles de la guarda

La voluntaria que cierra la carrera, (Inma,) que me anima y aconseja cómo debo seguir. Me hizo caminar de espaldas para que cesarán los calambres, (que tía!!!) y no me abandonará hasta que nos «despistamos» ya junto al lavadero de Deva y un compañero suyo (Jesús) que sin obligación alguna me manda echarme al suelo y con unos estiramientos brutales y unas flexiones que me hicieron ver las estrellas consigue que las piernas aguanten hasta el final.

«Sin ellos hubiese sido imposible hacerlo«

Miro el Polar: 12:52, me quedan ocho minutos.

La pista del sendero Peñafrancia no se acaba nunca. Ya solo puedo caminar cojeando. Últimos cien metros de asfalto, la gente que ya se van duchados y recuperados me grita desde los coches para animarme.

Y llego. Kilómetro 24, y vuelvo a llorar de emoción. Pienso que todo esto ha valido la pena, y creo que soy un poco más grande que cuando llegué esta mañana.

«y pienso que cuando tome mi próximo café largo a las ocho de la mañana nunca volveré a decirme «que pintó yo aquí»?«

Y doy gracias…

Gracias a es@s compañeros desconocidos que durante el recorrido respondieron a mis ánimos con los suyos. A tod@s los voluntarios por sus frases de aliento y sus sonrisas impagables. A esa pareja que me echó un capote cuando se me nublaba la mañana.

Gracias a mis ángeles de la guarda particulares, sois los «culpables» de que esta aventura no se quedase solo en un intento.

Mi primera vez (Armando Medio)

«Y finalmente gracias a mi tozudez y mis ganas…. tenía que hacerlo y lo hice. Amenazo con volver en la próxima edición, seguro!!!!. Gracias«

¡¡NO SEREMOS LOS MEJORES, PERO ENTRE TODOS SOMOS LOS MÁS MOLONES!!

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