Paul Lázaro (@trailparati), entrenador y fisioterapeuta, nos escribe para aclararnos algunas de las funciones del fisioterapeuta y acciones que pueden ayudarnos a los corredores de montaña. Su labor no solo se centra en ayudar a recuperar y rehabilitar lesiones, si no que su trabajo va mucho más allá. Nos lo cuenta en detalle.
¿Qué es un fisioterapeuta?
Lo primero de todo, un fisioterapeuta es un profesional de la salud. Esto quiere decir que está capacitado para prevenir, tratar y rehabilitar disfunciones relacionadas con el ámbito de la salud.
A nosotros como corredores de montaña, lo que más nos interesa son aquellos fisioterapeutas especializados en la actividad deportiva, conocedores de los problemas a los que se puede enfrentar un deportista. Su labor va mucho más allá de hacer masajes de “recuperación” para descargar las piernas o ponerte unas botas de presoterapia.
¿Cuáles son las labores de un fisioterapeuta?
Sus principales labores, entre otras, son las de prevención, intervención, rehabilitación y mejora del rendimiento deportivo. Por lo tanto, la labor de un fisioterapeuta abarca un espectro muy amplio y puede ofrecerte su ayuda en función de cuáles sean tus necesidades. En definitiva, el fisioterapeuta puede utilizar diversas herramientas para hacer su labor.
Puedes acudir a un fisioterapeuta al comienzo de la temporada para una valoración, ver cuáles pueden ser tus puntos débiles, actuar en consecuencia y reducir el riesgo de padecer lesiones a lo largo de la temporada. Aunque la labor más conocida es la de actuar una vez ya tienes una lesión, ayudándote en el proceso de recuperación y rehabilitación.
El mejor tratamiento es una buena prevención
«Una buena prevención se basa en un trabajo activo específico y una correcta prescripción de la pauta de entrenamiento«
El aspecto más importante y con el que te debes quedar es que el tratamiento debe ser la punta de la pirámide. Es decir, primero debes preocuparte por cumplir los aspectos que harán posible una buena base: horas de sueño suficiente, un buen descanso, control del estrés, correcta alimentación y, sobre todo, con un buen control de la carga de entrenamiento.
