Primera crónica de este 2021 que esperemos sean muchas más (ya que será señal de que por fin hemos alcanzado la meta de esta larga carrera frente al COVID-19). En esta ocasión Juan José Fernández (@fdez2juanjo) se desplazó hasta la Estación Invernal de Leitariegos para disputar la primera de las pruebas del calendario de snowrunning FEDME 2021.
Nada más y nada menos que 13 meses sin ponerme un dorsal
Pero siempre con la esperanza de hacerlo, sin parar de entrenar, de subir mis cuestas favoritas y hacer esas tiradas largas que a todos nos gustan. Pero esto no tiene nada que ver, un nuevo reto, un estilo totalmente diferente y unas condiciones que ni me iba a imaginar…y entonces mi amigo Alvarito me dijo:
“Oye, vamos a la carrera esta, que seguro que no se hace, pero por intentarlo…». Y vaya que si se hizo. Menuda locura se montó
Después de unas horas de coche ya lo iba viendo venir, ya no estaba en los cortafuegos de mi querida Sierra de la Culebra (Zamora) y empezaba a ver “las montañitas” nevadas de narices a lo lejos, y el coche me decía que con la temperatura de fuera llevar solo una térmica iba a ser poco, porque ¡Joder que frío!
Llego a la estación de esquí
Estación Invernal de Leitariegos (Fuente: snowcrossleitariegos.com)
Perdidísimo de la vida empiezo a preguntar donde se recogen los dorsales, y mientras la gente intentaba explicármelo. Y digo intentaba, porque creo que me quede ensimismado viendo por donde subía la primera cuesta del recorrido. Madre mía eso no era una cuesta, era una pared (y para mi desgracia el teleférico estaba parado….).
Recojo el dorsal y empiezo a darme cuenta de donde me había metido. Hablado con el que tenía mas cerca, me dice que la última carrera en la que estuvo fue una liga de pros o algo así
“Madre mía el nivel que hay aquí Maribel”, pero yo venía a lo que venía y nada me iba a quitar la ilusión«
Me voy pitando al coche porque estaba cayendo la de Dios y ya me iba a mojar suficiente en la carrera.
Se acercaba el momento…
Y me empecé a equipar, que si crampones, que si lucecita roja en la espalda, patatín patatán; total, casi llego tarde a la salida, muy típico de mi vaya…
Voy a mi cajón de salida y pasando por el primero empiezo a ver a todos los máquinas, no te creas que iban a ir los del pueblo de al lado no… ¡vayas CRACKS! Y nada, me coloco en mi puntito, todo muy guay montado para cumplir con las distancias de seguridad y ¡PAM! Salen los primeros, nosotros avanzamos, me empiezo a poner nervioso y dos minutos después…¡SALIMOS!
El Snowcross Leitariegos
Primera «buena» noticia
Nada más salir nos dicen que arriba hace muy muy malo y que el recorrido se ha tenido que acortar, por lo que cada vuelta pasaría a ser de 5km a 3km. Yo como siempre a mi ritmo, sin prisa, pero sin pausa.
«La idea era dar una primera vuelta como de reconocimiento ya que había que dar dos, y la segunda si todavía había piernas, pues apretar«
Llega la primera cuesta y empiezo a ver de lo que está hecha esta gente, hay alguno que porque no tiene cuernos, ¡vaya cabras madre mía como subían!. Miro para arriba y no veo el final, miro para abajo y solo veo gente de otras tandas que salían después y…
«Me doy cuenta de donde estoy. Rodeado de gente que ama el deporte y la montaña… Me siento feliz«
Rachas de viento de 100 Km/h
Por fin llego arriba. Algo de razón sí que tenían, no sabía lo que eran las rachas de viento de 100km/h hasta que algo que te golpea por la espalda te tira al suelo, nada, imposible correr.
Y yo pensaba, “Juanjo, que estás muy loco, ten cuidado en la bajada que entre el aire y lo empinado que está esto todavía bajas rodando”, pero nada, lo de sin prisa pero sin pausa ya se me había olvidado y empiezo a bajar, pensaba que se me rompían las rodillas vaya locura de bajada, adelanto a unos cuantos que debían de estar pensando “que alguien lo pare porque se mata” y así fue. Al llegar a bajo H***ON padre que me metí, pero nada, como la nieve no duele, arriba y…
El viento era cada vez mas fuerte y con mi peso plumilla no podía casi ni subir. Unos cuantos cocidos más me hacen falta. Menos mal que ésta era menos empinada y enganchado a las huellas que iba dejando el de delante llego arriba sin problema. Me empezaba a encontrar a gusto y fuerte y volvemos a bajar.
Esta vez por lo menos no me caí, y recuperando alguna posición me encontré con el que me dijo lo de la carrera de pros y pensé “vaya, pues igual no ando tan mal yo por aquí oye”. Llegaba a la mitad de la carrera, 3km y 365+, y cuando me disponía a meterme mi gelecillo… nos paran, ¡que la carrera se ha terminado! No puede ser, cancelada por condiciones meteorológicas…
«No sabía ni lo que sentía, si alegría por no tener que volver a subir ese horror de cuesta, o pena por no volver a vivir esa felicidad de la primera vuelta…«
Era la decisión de los jueces, así que no había nada que hacer, al coche a cambiarnos de ropa y para casa…
Me fui con la tristeza de no poder acabar una carrera que llevaba esperando mucho tiempo, pero con la alegría de volver a ponerme un dorsal de nuevo.
Gracias a la organización, voluntarios y patrocinadores por sacar un evento así en tiempos de pandemia. De demostrar que con un buen protocolo y gente concienciada no tiene por que pasar nada. ¡Que sea la primera de muchas!
«Correr es un deporte mental…¡Y todos nosotros estamos locos!«
¡¡NO SEREMOS LOS MEJORES, PERO ENTRE TODOS SOMOS LOS MÁS MOLONES!!
