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Trail Running España

Trail do Lor (2019)

01/06/2019
Traildolor

Nuevamente nuestro colaborador Roberheavy se pone en contacto con nosotros para contar su experiencia en el Quiroga Challenge Trail do Lor. Nuestro compañero realizó la modalidad maratón de 47 km y 2.832 m+ el día 04/05/2019.

Ni ciencia ficción, ni cuentos de hadas

Esto que hoy os voy a contar no es ciencia ficción, ni un cuento de hadas aunque su final bien nos podría hacer pensar en ello. No es un drama folletinesco de las tardes de telecinco, es la crónica del Trail do Lor.

«Es más una historia de héroes, de valientes, de luchadores armados con bastones, con armaduras en forma de chalecos con un tesón y una ambición a prueba de bomba. La de un pueblo entregado a los que se dejan la piel en la batalla mientras se desvive por entregarle cuanto tiene para ayudarles a conseguir su objetivo. La de unos generales que con maestría dirigen a sus huestes por caminos de tierra, por montes de pinos, por escarpadas laderas y ríos sin fin. Es la historia de la maraton más dura de Galicia. La maratón Dolor»

Quiroga es un pueblo de tres mil habitantes situado en la provincia de Lugo, pegado a Ourense, dentro de la Ribeira Sacra. Su tesoro se llama Serra do Courel, un espacio que acaba de ser declarado Geoparque Mundial, un regalo para los sentidos.

Aquí se celebran dos de las pruebas más importantes del trail gallego dentro del Quiroga Trail Challengue: Castelo y la que nos trae hoy aquí, el Lor.

Lor es un río

Río Lor
Río Lor

Afluente del Sil, a su vez afluente del Miño, un río que nace en Fonteboa a 1240 metros de altitud y cuyo valle recorremos en busca de nuestro ansiado objetivo.

El ambiente de la carrera está presente desde el minuto uno, el viernes en la charla técnica y en el Chapakuña, lugar de reunión de traileros que se convierte en un verdadero hervidero de emociones y amistad.

La carrera presenta 47 kilómetros y 6.000 m de desnivel acumulado, eso podría convertirlo en una carrera más dentro de las muchas que hay en España, pero el Lor es mucho más, el Lor hay que vivirlo. Pocos son los valientes venidos de fuera de nuestras fronteras, pero los que lo hacen salen maravillados a la vez que horrorizados después de sobrevivir a esta carrera. El lor nunca te dejará indiferente, o lo odias o lo amas, pero lo harás profundamente.

Ese aspecto romántico

Quizá ese aspecto romántico, esa no masificación de una carrera tan increíble, es lo que la hace especial.

Algún inconsciente como yo también se atreve a tomar parte de ella, eso a pesar del casi inexistente entrenamiento en el último mes. A pesar de ello la fe mueve montañas, y mi cabeza estaba destinada a demostrar que se puede resistir si realmente te lo propones.

Antes de la salida, junto a mis amigos Lupe, Oscar y Feli, nervios y esa sensación especial que nos recorre antes de hacer algo que sabes que puede cambiar tu forma de ver la vida,

«porque eso son las carreras de montaña, nuestra esencia, lo que nos llena, lo que nos une«

Lupe, Oscar, Feli y Roberheavy en el Trail do Lor
Lupe, Oscar, Feli y Roberheavy en el Trail do Lor

La salida del Trail do Lor

Salimos en masa de Quiroga y afrontamos ya, aquí no hay término medio, la primera petada para arriba en forma de cortafuegos de esos a los que la vista no llega. Prefiero no mirar mucho y tirar, estamos al principio, si nos quejamos ahora, malo. Bajamos un pequeño tramo y el pelotón, 100 maratonianos y 64 ultreros, se estira, más por mi parte, la parte trasera. Segunda subida durísima, el sudor empieza a caernos a borbotones y el cerebro nos manda señales de auxilio, otra vez Rober, otra vez?

Pues sí, amigo, pero esta vez sufro lo indecible y no pasamos del cuarto kilómetro cuando las patas ya no quieren correr. Llegamos al primer avituallamiento en Parteme y allí recuperamos mimados por la calidad humana de unos voluntarios incomparables, por el calor de unos vecinos incombustibles, y gracias a ese empuje humano volvemos a salir otra vez, una bajada en la que no puedes correr, de las que a veces hay que bajar el culo a tierra para no matarte y otra subida que nos deja sin aliento. Cada vez somos menos y aquí es donde piensas, ¿seré el último?. No, que Paquita y Raquel las escobas aún no están por ahí. No importa, como Umbral, yo he venido a hacer mi carrera, no la de nadie.

Llegamos a Xestoso

En el kilómetro trece y me pongo un poco de heavy metal para regenerar mi mente y me sienta como un soplo de aire fresco, eso y que ahora toca bajar un buen tramo hasta llegar al río. Antes cruzamos unas fervenzas (cascadas en gallego) preciosas y pueblos aún habitados que no disponen de electricidad ni internet pero que viven en armonía con el medio, disfrutando de lo que les rodea que os aseguro es embriagador.

«El río. El lor. Palabras mayores«

Roberheavy Trail do Lor
Roberheavy Trail do Lor

Un fotógrafo, uno de tantos, que ya son amigos, nos explica lo que nos espera en el río y las dificultades a las que debemos estar atentos. Me gusta, y aún voy con fuerzas, y bien de tiempo así que lo disfruto, entre resbalones, mojaduras, cables de hierro en las rocas, trepadas, ese peligro implícito que tanto nos gusta a los locos del monte. Mientras, cuando puedo, echo un vistazo a las maravillas que nos ofrece la naturaleza, el río discurre con fuerza, casi tanta coma la de los valientes que aún continúan en carrera. Un puente colgante, la visión de mi querida Sabela Fraga y un pequeño tramo para correr.

Así llego a A Labrada

Toca cruzar la presa por el río, sí, como lo oís, por el medio del río, de un lado al otro, el agua está friisima pero me encanta sentirla, voy feliz, quien no lo haría escuchando el Painkiller de Judas Priest.

«Naturaleza, amigos y Rock n´Roll, ¿puede haber algo mejor?. Sí, podría no haber salido el Sol. Pero allí estaba, eran las doce de la mañana y empezaba a apretar»

El camino hacia Margaride se hace ameno al acompañarme uno de los chicos de la organización y tratarse de un bosque de pinos inmenso y maravilloso.

Kilómetro 25, Margaride do Lor

Los avituallamientos son de otra dimensión. Una carpa gigante nos espera, cargada de comida, bebida, ánimos, personas sólo para ti, para cuidarte, para animarte, justo cuando más lo necesitas.

Panorámica Trail do Lor
Panorámica Trail do Lor

¿Y alguien se pregunta si este deporte es especial? Ojala el mundo fuese igual de especial.

Salgo pitando con cinco horas de carrera y más de la mitad ya en la mochila. Pero sé que viene lo peor, son casi diez kilómetros de subida continua, y lo peor, al Sol. Lo paso mal, fatal, hay subidas por monte verticales en las que clavo el bastón y el pie de apoyo me resbala y así hasta arriba, es terrible, esa sensación de impotencia. Pero paso a paso, en eso pienso, llegaré.

Me apoyo en los que quiero, en mi Xoel, en mis amigos, en mi Geme,en mi apoyo al otro lado, en mi familia, en mis amigos del monte y así llegamos arriba donde unos enviados venidos del cielo nos esperan con agua para hacernos revivir. Aún quedan cinco kilómetros más, un poco más tendidos pero terribles. Es mi peor momento. Ese que todos pasamos, ese que nos quiere hacer creer que somos débiles, pero al que siempre acabamos ganando la partida. Exhausto, roto, casi muerto, llego a A Cerdeidiña en el kilómetro 35, de aquí una bajada rápida, yo la hago dejándome caer con la fuerza de la gravedad, y estamos otra vez en Parteme. Solo faltan nueve kilómetros, pero realmente no sé lo que me espera. Ocho horas, sólo dos para cumplir mi objetivo.

Cuando más cerca lo ves, menos avanzan los kilómetros

Esa comunión única. Escucho el rumor de la naturaleza, el fragor de mi respiración. Miro hacia arriba y empiezo a escalar uno a uno. No, Lor, no serás tu el primero que me venza. Choco con los árboles, caigo a rolos un trozo porque ya no tengo estabilidad, pero vuelvo a subir.

Cada compañero que pasa a mi lado, cada fotógrafo, cada voluntario, me anima, me arrastro en la bajada hasta llegar al río, mis piernas ya no pueden correr, pero sí dejarse ir. El río es precioso, pero terrible, baja, sube, salta, tirate, escala, mojate….tremendo. El nivel de tecnicidad es el mayor que hice en mi vida con muchísima diferencia. Paso aquí un verdadero infierno, pero espantando demonios soy capaz de llegar a la última subida, la última, esa a la que todos tememos pero sabemos que detrás de ella está nuestro objetivo. Cuando llego a ella, estoy totalmente sólo. Es el momento más especial de la carrera.

Y así, con la fuerza de una cabeza dura como ella sóla llego arriba, roto de dolor, como Rambo, no siento las piernas, pero una sonrisa me recorre la cara, ya sólo queda bajar y Quiroga será mía. Habremos conseguido la conquista. Nuevamente dejo que la fuerza de la gravedad me acompañe, mi querido fotógrafo Miguel Rúa, al que no reconozco al ir en trance, me anima, me da el último empujón.

……No, Lor, no podrás conmigo…….

Si, Trail do Lor, sí voy a llegar

Meta Trail do Lor
Meta Trail do Lor

Ya recorro tus calles y en ellas, tu gente, la que será ya siempre mi gente, me grita, me anima, hasta que a lo lejos veo a Felipe Cordal gritarme y empiezo a correr, y antes de la meta mi querido Jabali do Sacho, mi Speaker me acompaña, me recibe, pero lo que nunca esperaría es entrar en meta y allí, como en un sueño hecho realidad, están todos mis amigos montunos para recibirme, para gritarme, para animarme, para recibirme. Me emociono, ahora escribiéndolo, allí sintiéndolo. Es un momento único, el mejor de mi carrera. De todas mis carreras. No hay nada mejor. Todo lo sufrido, todo lo vivido merece la pena por un momento así.

Diez horas y pico después allí estaba y poco importa que seas el primero o el úlitimo, porque esto es una carrera de montaña  para lo bueno y para lo malo, somos todos iguales, y más en una carrera como esta donde el ambiente, la amistad, el compañerismo, está por encima de todo. Un sueño hecho realidad. Hay que vivirlo. Merece la pena, vivirlo o morirlo, pero nunca jamás rendirse, porque aunque pases kilómetros y kilómetros sólo sabes que jamás caminas sólo.

Una carrera única, incomparable, una organización de diez, un calor humano que emociona y un entorno espectacular. Si no vienes el año que viene amigo, es que no te gustan los retos. A mi me chiflan.

¡¡NO SEREMOS LOS MEJORES, PERO ENTRE TODOS SOMOS LOS MÁS MOLONES!!

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