Hace un tiempo, revisando el grupo de Trail Running España (Grupo Público) nos sorprendió el cambio físico y mental de Gabriel Suñer, en la que a través de varias imágenes mostraba su enorme progresión física en poco más de año y medio.
En este sentido, nos pusimos en contacto con el autor de este artículo por si estaba interesado en escribir una crónica de su cambio físico y sobre cómo el hacer deporte le ha ayudado a mejorar su aspecto físico y, sobre todo mental.
No queremos ni mucho menos entrar en el tema tabú del peso, ni de estereotipos, ni de apariencia ni nada relacionado, NOY NO. Estamos hablando desde un punto de vista físico, de bienestar personal, de autoestima y, sobre todo, de salud. Te lo cuenta él mismo.
Hola me llamo Gabriel Suñer,vivo en Mallorca y tengo 48 años
Mi historia es muy simple,de joven era de complexión delgada y durante unos años hacía bastante deporte. Lo que más practicaba era bicicleta de carretera y muchos km en las piernas. Todo esto ocurrió a la edad de los 25- 30 años.
Posteriormente, por cuestiones laborales y familiares, fui abandonando poco a poco la bicicleta. «De hecho, aún está en el trastero«. Lo peor no fue dejar de lado a mi compañera, si no que también me abandoné completamente a mí mismo. No sólo en el aspecto deportivo, si no también en el tema de la alimentación.
En los últimos 10 años me volví un obeso y sedentario.
«En cuestión de sedentarismo, yo solía hacer un par de excursiones al año por la montaña y con el trabajo creía que ya me movía lo suficiente (craso error)«
En el tema de la comida era diferente. Comía mucho y mal (muy mal). Muchos embutidos malsanos, pizzas congeladas, zumos con mucho azúcar, bebidas azucaradas, poquísima agua, mucha carne procesada y, por si esto no fuera suficiente, lo hacía en grandes cantidades.
En resumen, me abandoné totalmente. Lo peor de toda aquella situación es que yo era muy feliz. Me veía bien, los análisis de sangre y orina estaban entre los límites saludables, el coresterol estaba por debajo de los máximos recomendados, la tensión arterial también era correcta. Todo estaba bajo control.
En pocas palabras, me consideraba un FOFISANO. ¡Que gran error!
«La fotografía de la derecha: octubre 2018. Las otras dos, tras el cambio físico. La superior del 20 junio con mi primer dorsal en una carrera popular de 5 Km en mi pueblo. La inferior, hoy (14/07/19) de paseo» (Gabriel Suñer)
Todo cambio en noviembre del 2018
Un día acudí a urgencias con un dolor horrible. Desafortunadamente me tuvieron que extirpar la vesícula en una intervención quirúrgica. ¿El motivo? estaba llena de piedras y, por si fuera poco, descubrieron que tenía el hígado graso por obesidad.
Por suerte, la operación salió a la perfección, lo que me permitió seguir haciendo una vida normal, incluido en tema alimentación.
Pero aquí, yo escuché a mi cuerpo, escuché el aviso que me dio.
Y aproveché esa oportunidad para hacer un cambio radical (muy radical). Busqué, me informé y cambié mis hábitos alimentarios.
Volví a aprender a comer comida real, verduras, legumbres, fruta, frutos secos y menos carne, al menos sólo de manera ocasional. Además, reduje el consumo de azúcar en bebidas azucaradas y al máximo posible en los alimentos sólidos. Sólo agua.
«No miro la mayor o menor presencia de grasas o hidratos de carbono. Miro la cantidad de ingredientes diferentes. Cuánto menos azúcar y más grasas vegetales, como aceite oliva virgen extra mejor. Sin olvidar, por supuesto, el ejercicio físico«
Comencé a caminar por montaña
Desde diciembre 2018 comencé a caminar por la montaña. La naturaleza me gusta, y fui sintiendo que mi cuerpo me pedían cada vez más y más km y las piernas me pedían ir más y más rápido, hasta que hace no mucho lo que era caminar pronto fue correr por montaña. Por supuesto, corro a mi ritmo.
«Quiero añadir que incluso me he vestido con el dorsal de la carrera popular de mi pueblo. Una prueba popular de 5 km por asfalto, que preparé corriendo poco a poco, complementándolo además con sesiones de gimnasio«
Pensar que a mí el correr nunca me había gustado, ni había pisado antes un gimnasio. A día de hoy, me he enamorado de correr por la montaña. Pero, sobre todo, lo más importante que quiero destacar para los que lo estén leyendo, es qué no hay imposibles y si tenéis que pedir ayuda, no pasa nada, pero cuidar vuestro cuerpo porque sólo tenemos uno. No lo maltratéis.
«El cambio físico ha sido simplemente brutal. Me siento muy bien y a nivel mental también noto una mejoría general. Estoy muy feliz y contento. El sacrificio ha valido la pena. Sí, se puede«
¡¡NO SEREMOS LOS MEJORES, PERO ENTRE TODOS SOMOS LOS MÁS MOLONES!!
