Maite Rojo, entrenadora de Nomads Sports, nos escribe para contarnos su aventura en la mítica prueba de ultrafondo del Spartathlon. Carrera que cubre la distancia entre Atenas y Esparta. Esto se traduce en 246 kilómetros y casi 3.000 metros de desnivel positivo.

El Spartathlon no es una carrera más

Aunque el Spartathlon es una carrera de asfalto y ya hace 4 meses que se realizó, hace tiempo que había prometido escribir un artículo para esta revista y para todos vosotros. Es “la carrera”, una fiesta y la más mítica carrera de ultrafondo.

Historia del Spartathlon

El Spartathlon intenta seguir los pasos de Filípides, un mensajero ateniense enviado a Esparta en el año 490 a. C. a buscar ayuda contra los persas antes de la Batalla de Maratón. Filípides, según cuenta el historiador griego Heródoto, en las guerras persas, llegó a Esparta el día después de su partida.

Con base en este relato el comandante John Foden, de la Royal Air Force, y otros cuatro oficiales viajaron a Grecia en 1982 en una expedición oficial para probar si era posible cubrir los casi 250 kilómetros en un día y medio. Tres corredores tuvieron éxito en completar la distancia: John Foden (37:37), John Scholtens (34:30) y John McCarthy en (39:00).

Al año siguiente 1983, un equipo de entusiastas (británicos, griegos y de otras nacionalidades) de la Cámara Británica de Comercio Helénica en Atenas, dirigido por Michael Callaghan, organizó el primer Abierto Internacional Spartatlón Race. El evento se corrió bajo los auspicios de SEGAS, la Asociación Helénica de Atletismo Amateur.

Heródoto escribió: «En ocasión de la que hablamos cuando Filípides fue enviado por los generales atenienses, y, según su propio relato, vio a Pan en su viaje, llegó a Esparta en el día siguiente después de dejar la ciudad de Atenas”…

La carrera más complicada de mi vida

Para mí ha sido la carrera más complicada de mi vida, por los kilómetros, los cortes de paso y en ocasiones como este pasado año 2022, la climatología. Los controles de paso son tan estrictos que si tienes un problema, eres eliminado de la prueba. Además, hay que terminar en 36 horas (el día y medio antes del atardecer del mítico cuento), sumado a que el segundo día corrimos con casi 40ºC. Eso sí, tampoco es llana, ya que hay unos 3.000 mD+, pasando por zonas altas como el monte Partenio.

«El Spartathlon no es una carrera. Es como un mundial del Ultrafondo. Y solo estar allí ya mereció la pena«

Cuatro años desde que me enamoré de esta prueba. Después de venir a apoyar a mi hermano en 2018 y no parar hasta clasificarme, preparándome, entrenando y compitiendo. En números, acumulando alrededor 6.000 km al año y 1.000 km en agosto antes del tapering. Algo así no hay que tomárselo a la ligera.

40 aniversario

En su 40 aniversario, el 2022, han participado corredoras como Camille Herron (3 récords del mundo en varias distancias y ganadora de numerosas carreras de ultradistancia) o Zsuzsanna Maraz (ganadora de la prueba dos veces, varios Spartatlon y Ultrabalaton entre muchas más). Entre otr@s se retiraron ambas. Solo 175 corredores de casi 400 han acabado y yo fui uno de ellos.

Spartatlon (246K & 3.000mD+)

Salida en la acrópolis de Atenas

Una vez que sales de la Acrópolis de Atenas (normalmente a las 7:00 y este año a las 6:45 por los 1,5 km añadidos). En primer lugar, toca pasar por todo el tráfico de la ciudad (no cortan y no es la primera vez que hay accidentes) hay que correr bien hasta la maratón, en la que pasé el corte con 45′ de adelanto. Seguidamente, pasando por el fabuloso canal de Corinto, llegué hasta el km 80 con 1 hora y poco de adelanto. A partir de este punto, a carrera se vuelve cada vez más hermosa, la antigua Corinto, Nemea, la montaña a Nestani, los prados de uva y olivos de Kalamata, etc.

Acompañada de mi compañero de aventuras, mi hermano

A mi lado la persona que me sostuvo desde que nací. No solo es mi hermano, es mi amigo y mi compañero de aventuras. Sabe mejor que nadie lo que es sufrir en una prueba ultrafondo y cuando tienes a alguien así en el banquillo no puedes fallar. Los nervios siempre están ahí y puedes tener un mal día, pero la retirada no era una opción, iba a pelear con uñas y dientes. Si alguien decide realizar la prueba, recomiendo que traiga a alguien de apoyo.

El Spartathlon se vive

¡Todos dicen que el Spartathlon no se corre, se vive! Y así fue. Tan duro como hermoso. No tuve ningún dolor muscular grave, ni ampollas, ni problemas estomacales. Y el ambiente, los corredores, los voluntarios en los avituallamientos, el reto en general te hace ir como una nube durante casi toda la carrera. Cuando se acaban los desniveles y las carreteras interminables con los coches pasando a toda velocidad, quedan unos 20 km de bajada, aunque a casi 40ºC a la sombra por una autovía.

Nos vemos en la gasolinera

Desde que mi hermano me dijo: “nos vemos en la gasolinera” (último control a 10 km de meta), tuve que caminar las últimas cuestas porque no podía más.

«Ver Esparta al fondo me da tal subidón que digo «ya está» y corro como loca hasta que veo a Diego Rojo y Jean-Louis Vidal«

Bebo algo y sigo casi sin parar, me dicen «nos vemos en Esparta, tengo lista la bandera» a lo que me responde «la única bandera que necesito es tu mano hasta llegar a Leónidas«. Y así fue, corriendo por Esparta llena de gente animando, con coches pitando, niños chocando las manos, gente mayor aplaudiendo.

Soy finalista

La segunda mujer en la historia de España que lo consigue. No pude pedir más, lo di todo. Siempre se pueden pulir detalles, pero muy contenta con el resultado. La carrera se la dediqué a mi padre, que sufre una enfermedad degenerativa muy rara. Si alguno se anima a prepararse para una carrera así, puede contactarme a través de Nomadssports.

Podría hablar durante horas porque sabemos que una carrera así no es solo correr: es la nutrición, es el cuidado de los pies, el material con el que corres y haber probado todo ello previamente. Y como ya he añadido, ser acompañado por alguien que te conozca y sepa ser el apoyo necesario en una carrera de ultrafondo.