Victorio Hernández se desplazó el pasado 10 de octubre a la cita anual con el Trail de Peñalara o TP60. Ya realizamos la crónica del Gran Trail de Peñalara y en esta ocasión os contamos cómo Victorio completó los 61 km y 2.700mD+
Gran fin de semana de Trail en Navacerrada.
Sábado, recogiendo el dorsal del TP60 veo la llegada a la meta del vencedor del GTP. Debe ser emocionante ganar una prueba de este nivel.
Mañana, espero poder entrar en meta. Aunque todos los que corremos carreras de montaña sabemos lo imprevisibles que son. Cualquier detalle te puede hacer abandonar. Pero esta incertidumbre es uno de los atractivos por los que engancha esta modalidad deportiva.
Miraflores de la Sierra. 7 de la mañana
Pasando cerca del arco de salida, dirección al aparcamiento, ya se veía el ambiente de carrera. Como siempre, empieza uno a ponerse de los nervios. En todas las carreras, por muchas que se lleven encima, se sabe cuándo se sale, pero no cuando se llega. Los corredores sabemos todo lo que puede ocurrir en ese trascurso de este tiempo.
Por esos en estos momentos previos a la salida, la cabeza empieza colapsarse con preguntas del tipo, ¿he desayunado bien?,¿me he hidratado lo suficiente? ¿las zapatillas son las correctas para este recorrido? ¿qué me pongo? (ésta es de las preguntas más difíciles de responder antes de salir en una prueba de estas características… ya que las temperaturas varían mucho desde primera hora de la mañana con respecto a medio día)
Al final se toman decisiones, ya se verá si buenas o malas, pero no queda tiempo para poder cambiarlas. Entrando en el cajón de salida, la suerte está echada. Me gusta hacerme una foto al lado del arco de salido para mandársela a la familia y amigos. Cada carrera es única e irrepetible, y me gusta inmortalizar este momento.
Trail de Peñalara TP60 (61K & 2.700mD+)
La salida
El speaker reflexiona sobre este último año… Un año difícil para todos. “El Parque Nacional de Guadarrama está hoy a vuestros pies… sentiros libres corriendo”
7:30 de la mañana. Salida rapidísima. La gente tiene ganas de darlo todo hoy. El ritmo de los primeros se hace insoportable y las piernas piden un respiro. Nada más pasar el primer kilómetro y dejar el asfalto, decido bajar un poco el ritmo. Aún así, sigue siendo alto.
Subida a la Morcuera
Toda la primera parte de la subida por la pista la hago corriendo. Cuando aparecen los primeros senderos, ya empezamos todos a compaginar correr con caminar, y así nos ponemos en el alto de Morcuera en menos de una hora. Vamos a un ritmo muy fuerte.
Rascafría
Comienza una bajada de unos quince kilómetros por una pista hasta Rascafria. Es un tramo que se puede ir muy rápido, pero que puede pasar factura al final, por lo que conviene tener la cabeza fría y controlar. Empujado por la inercia y las ganas de correr, me tiro para bajo a ritmos de cuatro y pico… Tras varios kilómetros empiezo a regular y bajar un poco el ritmo. Me alcanza un chaval y nos ponemos a comentar sobre ello, y me dice que según lo que él tiene estimado va 15 minutos por delante de su tiempo que ha programado. Nos ponemos a correr juntos lo que me ayuda a controlar el ímpetu de mis piernas.
Entrando a Rascafría empezamos a escuchar a la gente animar. Gran ambiente. En el avituallamiento recargo de agua y como algo.
El reventón
Comienza la subida al Reventón. Salimos juntos, aunque él un puntito más fuerte que yo. Mis piernas se han enfriado demasiado en el avituallamiento y me cuesta seguirlo.
Me pregunto si la bajada hasta Rascafría a esos ritmos ha sido buena idea. Pero una vez que vuelvo a entrar en calor, las piernas comienzan a responder y alcanzo al compañero. Intento correr donde el terreno lo permite sin mucho esfuerzo. Pero la subida es larga. Vamos a buen ritmo. Cabeza, comer, beber, y para delante. Este es planteamiento en una carrera de montaña.
A mitad de la subida, me quedo solo. Mi compañero hace una parada. Supongo que me cogerá en breve, porque se le ve muy fuerte, pero al final no nos volvimos a ver. Pero no pinchó, quedando 3º su categoría (VBM). ¡Enhorabuena!!!!
Llego al avituallamiento del Reventón. Allí me ayudan a cargar agua y a echar las sales en uno de los bidones. La verdad es que en todos los avituallamientos el trato de los voluntarios ha sido excepcional. De diez. Creo que no son conscientes lo importante que es para los corredores este trato. Muchas gracias.
Peñalara
Ahora toca enfrentarse a la subida estrella de la prueba. A la cima de la sierra del Guadarrama: Peñalara. Es una zona muy técnica, con un continuo caos de bloques que dificulta el avance. Me encuentro fuerte de piernas y disfruto mucho durante esta subida. Cuando uno va bien, las sensaciones en la montaña son indescriptibles. Por fin se ve Peñalara. Está lleno de gente. Senderistas, compañeros de Trail entrenando, domingueros… Entre tanta animación, y sin darse uno cuenta, llego al techo de este magnífico Parque Nacional. Control de tiempo, y, como no podía ser de otra forma en una carrera de montaña, a tirarse para bajo camino del Puerto de Cotos. La primera parte de la bajada es más difícil, pero pronto se llega a una medio pista que permite lanzarse muy rápido. Parece que las piernas responden y aunque tengo alguna molestia, los tiempos que llevo son mejores que los que había previsto, por lo que el dolor disminuye o pasa a un segundo plano. Así funciona la cabeza en las carreras de montaña. Te hace volar o puede retírate.
No obstante, durante la bajada voy preocupado por si me da algún tirón. Tengo miedo de no haberme hidratado lo suficiente y además estos tramos tan rápidos con esta zancada larga, no los llevo nada bien.
Avituallamiento de Cotos y Bola del Mundo
Los voluntarios otra vez me tratan de forma exquisita. Me ayudan con la recarga de sales y agua. A pesar de los kilómetros me siento bien.
Ya solo queda afrontar la última subida a la Bola del Mundo por la Loma del Noruego. Como en los demás avituallamientos, me cuesta entrar en calor. Veo delante de mí a corredores que me cogen distancia. Pero no me vengo abajo. Sólo pienso en lo poco que queda de subida y la bajada final. Como y bebo. Esto está casi hecho, pienso para motivarme. En la parte final de la subida me voy recuperando y voy acercándome poco a poco a un grupito que va delante. Nuevo impulso de mi cabeza a las piernas.
En el último avituallamiento solo cargo una botella de agua. Aunque hace calor, me siento fuerte y ya solo quedan unos nueve kilómetros de bajada. La segunda de ésta es muy rápida, lo que permite mantener un ritmo muy vivo. Aunque con los kilómetros que llevo no es fácil, y cualquier repechito parece un mundo.
Meta
La entrada al pueblo de Navacerrada es pura emoción. La música de meta, el speaker al micrófono, aplausos y ánimos del público que llena las calles, familiares y amigos esperando orgullosos a su corredor, la gente de la organización mimando a los participantes…
La meta es una fiesta. Y este momento es la gran victoria de un corredor, sea cual sea su clasificación. No puedo evitar echar unas lágrimas por la hazaña realizada. Cuando uno lo da todo sin dejar nada en la recamara, es capaz de superar los malos momentos y llegar hasta el final.
Agradecimientos
Y como siempre, terminamos estas líneas agradeciendo a toda la organización. Sobre todo, a los voluntarios. Simplemente sois increíbles. Nos habéis tratado de maravilla. En todo momento han cuidado de nosotros, se han preocupado por los corredores. Desde altas horas de la madrugada en primera línea de fuego. Lo dicho ¡MUCHAS GRACIAS!
Agradecer también a todas las marcas, sponsors, empresas y demás colaboradores que habéis aportado vuestro grano de arena para que este evento haya salido adelante una vez más y, a pesar de las adversidades por la situación sanitaria actual.
«Y así, sin necesidad de llegar primero a la meta, se siente esa emoción es inconmensurable…«
