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Trail Running España

GR-131. Una lucha contra la diabetes

07/12/2022
GR-131. Una lucha contra la diabetes

Jorge Pérez Castejón nos escribe para contarnos su historia de superación y su lucha contra la diabetes tipo I. Jorge completó el recorrido del GR-131 con el objetivo de recaudar fondos para la fundación Diabetescero. Nuestro protagonista completó la ruta en dos días y recaudó un total de 1.200€.

Soy Jorge, un chavalillo de 40 años

Antes de comenzar contando el reto del GR-131, empezaré por presentarme. Soy Jorge y pertenezco a Riells del Fai, un pueblecito de montaña de Barcelona. Desde muy pequeño padezco Diabetes tipo I. Para ser concretos desde que tenía 5 años de edad. A lo largo de mi vida he tenido algunos sustos importantes, pero nunca me han frenado para seguir luchando por lograr todos y cada uno de los objetivos que me he planteado hasta la fecha.

Desde hace ya un tiempo, aparte de otros deportes que práctico como el fútbol o el snowboard, he encontrado en el trail running una manera de disfrutar muchísimo del entorno donde vivo y de hacer grandes aventuras y retos para ayudar a la investigación de la cura de la diabetes. Para ello, he ido recaudando fondos realizando kms a favor de la fundación Daibetescero. Después de realizar muchos kms, me planteé dar un pasito más y buscar todos los senderos de gran recorrido (GR) en el territorio nacional con el mismo objetivo, recaudar fondos para la investigación de esta enfermedad. Finalmente me decanté por el GR-131 en la isla canaria de Lanzarote.

GR-131. Una lucha contra la diabetes

El reto GR-131. De Órzola a Playa Blanca (Lanzarote)

Dicho y hecho. La misma noche que me decidí a realizar el reto, reservé el viaje y, por si fuera poco, al día siguiente ya estaba gestionando los días de vacaciones. Un tiempo después, llegó el día de marchar.

«Muchos nervios durante la semana previa, pues era la primera vez que viajaba solo sin mi familia. Aunque con toda la motivación para encontrar mi fuerza interior y poder superar mis problemas con la diabetes«

Sabía que ellos me apoyaban desde la distancia, tal y como han hecho siempre que he decidido enfrentarme a un nuevo reto.

Comenzamos…

Son las 3:30. Un compañero de fútbol se ofrece a acercarme al aeropuerto (¡la aventura empieza!). Me mido la glucosa y todo perfecto, 123 mg. Tras unas horas de vuelo, por fin aterrizo en Lanzarote. Toca dejar el equipaje en el alojamiento y a dormir.

El día del reto comenzó a las 6 de la mañana. Ya se presentía que iba a hacer un buen día, buena temperatura y sol. Me echo un café y me mido los niveles de glucosa. Todo correcto, 156 mg. Cargo la mochila con la comida, el botiquín, saco de dormir y, por supuesto, la insulina y el resto de aparatos para controlar la diabetes.

Primera etapa (Órzola – San Bartolomé)

El primer día completé los cerca de 36 km que distan desde Órzola hasta San Bartolomé. A lo largo del recorrido atravesé caminos muy bien señalizados y muy bien conservados. Todo ello por paisajes espectaculares. Sin duda, un sendero muy recomendable.

GR-131. Una lucha contra la diabetes

El primer volcán que disfruté fue el de La Corona. Un lugar precioso. En esta primera etapa pasé por el pueblo de Haría, en el que se encuentra el museo de César Manrique y donde pude aprovechar para reponer fuerzas antes de continuar hacia el Mirador de la Ermita de Las Nieves. Desafortunadamente el tiempo comenzó a cambiar, se intensificó notablemente el viento y a entrar calima. Tal era la velocidad del viento que dificultaba continuar la ruta, por lo que se hizo verdaderamente duro. Pero con más ganas que fuerza, alcancé Teguise, donde pude disfrutar de una merecedora cerveza fresca, con sus papas arrugas con mojo.

A partir de este punto, y tras atravesar una zona de huertos, llegué a la localidad de San Bartolomé. En este pueblo sería donde pasaría la noche en vivac, por lo que decidí cenar antes de irme a descansar.

Segunda etapa (San Bartolomé – Playa Blanca)

Los primeros rayos de luz fueron los responsables de mi abrir de ojos. Me siento fresco y con ganas de más. Para completar esta segunda etapa tendría que completar un total de 39 kilómetros que me conducirían hasta el final del recorrido en Playa Blanca.

El día se levanta nublado, lo que no ayuda a mentalizarse de la nueva etapa a completar. Sacando fuerzas de donde se puede, empezamos la ruta. No sin antes coger fuerzas en una panadería que ya había visto el día de antes. En la ruta atravesaría las localidades de Tïas, Conil, La Geria, Uga o Yaiza. Todo ello pasado por agua (incluso granizo) y en un paisaje más propio de otro planeta que del nuestro. Atravesando el Parque Nacional de Timanfaya, así como las viñas encuadradas en terreno volcánico. Algo impresionante de ver. Sin duda me lo llevo grabado en la retina.

GR-131. Una lucha contra la diabetes

Una anécdota. Entre los diabéticos, consideramos 111 como un valor óptimo de glucosa en sangre. Como ya he comentado, estuvo lloviendo a lo largo de toda la ruta, por lo que paré en un portal a ponerme el chubasquero y dio la casualidad de que el número del portal era el 111. Siento que este número me protege desde hace mucho tiempo…»

Por suerte, conocí a Miguel, dueño de uno de los viñedos de la zona, que me invitó a ver las bodegas y a catar uno de sus vinos. Aunque inicialmente se ofreció a llevarme en coche, dadas las adversidades climáticas, tuve que rechazar la oferta, pues no podía tirar por la borda todo el esfuerzo. Miguel demostró ser una persona con unos valores y una grandeza interior absoluta. Sin embargo, tenía un reto que cumplir por la diabetes y tenía que dar lo máximo de mí para terminar.

Tras este fortuito contratiempo, me puse de nuevo en ruta hacia el destino final. La suerte empezó a sonreírme, pues comenzó a salir el sol. Y así, llegué a La Hoya y al Mirador Salinas de Janubio, desde donde ya se divisaba el mar. Aquí tomé un sendero en una panorámica cubierta de volcanes y lava solidificada que me conduciría, por fin, hasta Playa Blanca.

Playa Blanca. Completado el reto GR-131.

Conforme me iba acercando al destino, comienza la emoción. Cada persona vive las cosas a su manera. En el mismo instante que contemplé a lo lejos la playa, comencé a llorar. Aunque la diabetes no te impide hacer retos deportivos, sí es cierto que te limita en el día a día y puede hacer que tengas sustos. En esta ocasión todo el planteamiento salió perfecto. Por si fuera poco, conseguimos superar la cifra de 1.200€ que serán donados a la fundación Daibetescero, para la investigación contra la diabetes.

GR-131. Una lucha contra la diabetes

«Me siento muy feliz y ya estoy pensando en la próxima…«

¡¡NO SEREMOS LOS MEJORES, PERO ENTRE TODOS SOMOS LOS MÁS MOLONES!!

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